La semana de excavaciones en las inmediaciones del castro de Cálago, en Vilanova de Arousa ha concluido con el hallazgo de los restos óseos de una persona, en concreto las extremidades inferiores, cuya datación estaría, según los restos que le rodean, entre los años 400 y 1.000 de nuestra Era, es decir, entre las etapas tardorromana y altomedieval, épocas en las que estuvo ocupado el castro antes de ser abandonado por el traslado de los vecinos a la Vilanova actual. Por el momento, la datación de estos restos óseos es muy amplia, pero la intención es resolver esa duda cuanto antes a través del carbono 14 u otros métodos similares. El hallazgo se ha registrado en un punto donde no estaba previsto realizar catas cuando se puso en marcha el proyecto. Ni siquiera la zona se encuentra protegida arqueológicamente, ya que no se sospechaba que en ese lugar se encontrase la cista funeraria. Lo reconocía ayer el arqueólogo Mario César Vila, responsable de las sucesivas excavaciones que se han desarrollado en Cálago en los últimos años.

Lo que condujo a los arqueólogos hasta ese punto ocurrió en el último día de la excavación anterior, cuando un vecino de la zona se acercó a los expertos para mostrarles unos huesos que parecían humanos. Así era, los análisis posteriores acabaron demostrando que se trataba de los restos de un cráneo. Siguiendo las indicaciones del vecino, los arqueólogos comenzaron a trabajar en esta ocasión en un pequeño terreno próximo al centro de salud del municipio y un tanto alejado de la croa del castro. Muy pronto encontraron lo que parecía un cuncheiro, una cista funeraria y un camino en tres estratos diferentes de ocupación, lo que viene a demostrar la teoría surgida en las primeras excavaciones, que el castro de Cálago estuvo ocupado por un período de más de mil años de duración. Los restos están siendo analizados por un osteólogo para recoger todo tipo de información sobre ellos, aunque no será del único punto del que se sacarán muestras. De hecho, los arqueólogos han recogido datos del suelo y, sobre todo, del cuncheiro para que sean analizados en un laboratorio al tratarse de restos que "nos pueden dar mucha información sobre como era la vida en el castro de Cálago y quienes lo ocuparon durante su historia", explica César Vila.

En ese cuncheiro también se han hallado restos de cerámica, al igual que en el resto de catas realizadas en el castro, que indican que el de Cálago se había convertido en un puesto comercial al que llegaban las mercancías por mar. Desde allí, se distribuían al interior lo que lo convertía en un punto estratégico dentro de la ría de Arousa.

Vila admitía la sorpresa que les proporcionó descubrir restos óseos tan bien conservados en Cálago, algo extremadamente complicado en los suelos de Galicia, donde la acidez acaba consumiendo esos restos mucho antes de que los arqueólogos puedan estudiarlos de forma pormenorizada. Los trabajos de esta semana han permitido descubrir una cista funeraria con restos óseos en su interior, pero podría no ser la única. De hecho, a tan solo unos metros, los arqueólogos han localizado una estructura similar que podría tratarse de otra cista funeraria, aunque esta no se descubrirá hasta que se apruebe una nueva fase de actuación. "Ahora vamos a tratar de proteger todos los restos bajo la supervisión de la Dirección Xeral de Patrimonio y será en una futura excavación cuando consolidemos lo que hemos localizado y trataremos de dar el paso para revisar todo el entorno", explicaba ayer Vila. El responsable del yacimiento reconocía que veía bastante complicado que se retomen los trabajos antes de un año, algo en lo que Gonzalo Durán, alcalde de Vilanova, discrepó ya que "vamos a comunicar a Cultura la necesidad de que se continúe con estos trabajos lo antes posible". No en vano, recordó Durán, "los restos que ahí se encuentran son los del vilanovés más antiguo del que se tiene referencia, por lo que estos trabajos están arrojando luz sobre nuestra historia, confirmando algunas sospechas, pero también abriendo nuevas perspectivas sobre todo lo que rodea al castro y al antiguo monasterio".

Situado en el corazón de la ría de Arousa, el alcalde de Vilanova no dudó en vincular el castro con la tradición xacobea. "La ría de Arousa es la puerta a Santiago de Compostela por lo que los vínculos con Cálago creo que están muy claros", explicaba ayer Durán. Embarcado en el proyecto Mar de Santiago junto con varios municipios del Ullán, Durán espera que se pueda continuar con las excavaciones lo antes posible, antes del próximo año, cuando dará inicio el Xacobeo 2021. "Aquí hubo un monasterio, del que existen abundantes referencias escritas, aunque todavía no estén localizados sus cimientos, por lo que los vínculos con Santiago tenían que ser muy importantes", señala.

Además, no dudó en recordar parte de la historia del monasterio, una infraestructura religiosa que sería atacada a finales del siglo IX por los vikingos, en las primeras incursiones de estos camino de Santiago, y dos siglos más tarde, por las tropas bajo las órdenes del caudillo árabe Almanzor, que arrasarían el monasterio en su camino hacia Santiago de Compostela, donde se apoderarían de las campanas de la catedral. Durán destacó el hecho de que la zona arqueológica "es mucho más grande de lo que esperábamos, porque este punto ni siquiera se encontraba catalogado como zona de excavación porque no había nada que nos hiciese pensar en que podría registrarse este hallazgo tan importante para la historia de Vilanova".