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Ravella solo ejecutará este año la mitad de los 1,7 millones para inversiones

Divide el préstamo para acatar la "desfasada" regla de gasto de Montoro

Interior del consistorio. // I. A.

El Concello de Vilagarcía tendrá que invertir el actual préstamo de 1,7 millones en dos anualidades para poder cumplir con la regla de gasto que está vigente desde la etapa del ministro Cristóbal Montoro. Desde Ravella señalan que se da así la paradoja de que una administración que tiene superávit y que en un mandato redujo la deuda municipal de 12 a 4 millones de euros, tiene ahora que limitar sus inversiones para poder cumplir con una regla de gasto "que todas las entidades consideran desfasada".

Tanto la Femp (Federación Española de Municipios y Provincias) como las federaciones municipales de las comunidades autónomas han reclamado al Gobierno central que revise esa norma, y ahora con más motivo, una vez que la Unión Europea ya anunció que no pondrá trabas a los gastos extraordinarios generador por la pandemia del coronavirus.

" Con la actual crisis sanitaria, pocas entidades serán las que puedan cumplir. Parece un poco absurdo que la administraciones locales, que son las que mejor cumplieron con la contención del déficit y las que más saneadas están, sean precisamente las que más impedimentos tienen para invertir su propio dinero", argumenta el alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela.

Con la actual crisis, los concellos pueden destinar hasta un máximo de un 20% de su superávit a acciones destinadas a combatir los efectos del Covid-19. Sin embargo, y teniendo la norma de gasto en vigor en los Presupuestos Generales del Estado, podría darse el caso de que si los ayuntamientos necesitan gastar más y superan ese 20%, tendrían que recurrir a un préstamo, con sus correspondientes intereses, mientras se sigue manteniendo el superávit, explican desde el Concello.

Mientras no se pone solución a esta situación, Ravella dividirá el préstamo en vigor en dos anualidades, de 900.000 y 800.000 euros respectivamente, y manteniendo el actual superávit. De esta forma volverá a la senda que marca la regla de gasto, aun reconociendo que tal situación "es muy difícil de explicar a los vecinos, los mismos que con sus impuestos fijan el techo del Presupuesto municipal".

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