Esas obras consisten en la construcción de 750 metros lineales de amarre. Esa superficie permite habilitar 122 nuevas plazas para embarcaciones con esloras de entre 14 y 22 metros. Con esta infraestructura, la Xunta considera que se cubren por completo las necesidades de los bateeiros isleños.

Estos amarres se sitúan en la zona norte de la dársena y contarán con un único acceso que se distribuye en tres brazos diferentes por cuestiones de seguridad. En el primero de ellos se situarán los barcos de 14 metros (43 plazas), en el segundo los de 16 (40 plazas), mientras en el tercero amarrarán las embarcaciones de entre 18 y 22 metros (43 puntos). Contará con iluminación propia, agua y preinstalación de electricidad.