La crisis económica hizo una gran mella en el sector de las estaciones de servicio. La menor actividad empresarial en general hizo que bajasen los transportes de mercancías por carretera, y muchas familias también empezaron a medirse a la hora de salir con el coche. Los datos de aforos de las carreteras muestran a las claras el descenso del tráfico en los últimos años, y eso se notó en el número de gasolineras existentes en la comarca. Así, en apenas unos años cerraron las dos de Vilanoviña (Meis), y una de las dos existentes en Bamio, en la carretera PO-548 Pontecesures-Vilagarcía. La situación, sin embargo, parece que ahora puede variar, ya que hay proyectos para la apertura de cuatro gasolineras.
En Vilanova abrirán dos de ellas, prácticamente una enfrente de la otra, a pesar de que pertenecen a dos empresas distintas. Se sitúan en la carretera PO-307, de Tarrío a A Illa, llegando ya a O Terrón. La multinacional Cepsa pretende abrir una en el sentido Tarrío, mientras que la firma gallega P-Oil Petróleos ha solicitado autorización para levantarla en el margen de sentido A Illa. En ambos casos se ubican en el lugar de A Pantrigueira.
Esta misma empresa ha adquirido un terreno para construir otra gasolinera en Vilanoviña -la PO-531, Pontevedra-Vilagarcía, en dirección a la capital arousana-, a escasos 200 metros de las dos que habían cerrado antes.
Finalmente, la cuarta estación de servicio que abrirá próximamente es la de Supeco, junto al supermercado del mismo nombre de Trabanca Badiña (Vilagarcía). Esta es la que lleva las obras más avanzadas, puesto que en los otros tres casos ni siquiera han empezado todavía los trabajos de cimentación.