El proyecto del macropolígono de Xanza y Setecoros generó entre 2008 y 2010 un gran rechazo social, que recuerda al de los dos últimos meses con la Variante que el Gobierno pretende construir para descongestionar la carretera nacional. El movimiento que se formó entonces no solo estaba integrado por residentes en A Medela o Magariños, sino también por muchos otros vecinos del municipio que entendían que el polígono destruiría el paisaje, alteraría la forma de vida tradicional en dos aldeas e incluso afectaría a los cursos de agua que riegan otras zonas de Valga.
El proceso judicial ha sido laborioso y costó mucho dinero. María Ferreirós prefiere no concretar la cantidad de dinero que les ha supuesto llevar el asunto al TSXG, aunque dice que "fueron más de 10.000 euros". Un dinero que obtuvieron con cuestaciones casa por casa "como hacen las comisiones de fiestas" o con la venta de rifas de lotería. En una ocasión, incluso tuvieron la suerte de que les tocó un reintegro. La Coordinadora en Defensa do Rural también confía en que esta sentencia frene el plan parcial que recientemente sacó a exposición pública el Concello en la zona afectada y que supondría crear más suelo industrial.
