Juan Gil de Araújo González de Careaga, nacido en Santiago de Compostela hace 64 años, fue elegido anteayer en Pontevedra nuevo presidente del Consello Regulador da Denominación de Orixe Rías Baixas. Marqués de Figueroa, es el director general de la bodega cambadesa Palacio de Fefiñanes. Estudió para ingeniero agrónomo en Madrid y trabaja en el sector del vino desde los 24 años. Ya fue vocal del consejo regulador con los dos presidentes que le preceden: Marisol Bueno y Ramón Meiriño. Ahora afronta el reto de pilotar el consejo regulador de una de las denominaciones de origen con más futuro de Galicia. Una de sus apuestas es la convivencia de las grandes empresas con los miles de pequeños productores.

–¿Por qué decidió presentar su candidatura?

–Yo no la presenté. Fueron otros vocales y personas del sector quienes me propusieron, y decidí aceptar por responsabilidad después de pensármelo bastante.

–¿Hacia dónde pretende enfocar su trabajo?

–Estamos viviendo momentos turbulentos para todo el mundo. En nuestro caso tenemos que trabajar mucho en el control de la uva y de la calidad del vino, así como en la promoción de nuestros caldos tanto en el mercado nacional como en el extranjero. Hay que conseguir buenos precios para la uva, y para eso es necesario convencer a los consumidores de que el nuestro es un vino singular que no se puede comparar con ningún otro.

–Hay comercializadores y distribuidores que afirman que a veces resulta difícil distribuir los Rías Baixas porque son algo más caros que otros vinos, como los Rioja.

–Nuestra viticultura no es comparable con la de otras denominaciones de origen con producciones extensivas. Nuestros viñedos no son mecanizables, y el nuestro es un producto casi artesanal y muy mimado. En esta tarea tenemos que estar todos unidos. Algunos creen que el viticultor y el bodeguero tienen que estar enfrentados, y no puede ser así.

–¿Cuáles serán las líneas maestras de su promoción en el exterior? ¿Hay que consolidarse en algún país en concreto o trabajar para penetrar en otros?

–El pleno anterior contrató la redacción de un plan estratégico. En estos momentos los técnicos lo están elaborando y la previsión es que lo entreguen entre el tercer y el cuarto trimestre de este año. Eso será lo que nos dé una pauta de hacia donde tenemos que dirigir nuestros esfuerzos.

–¿Hay que ir pensando en incrementar la superficie de plantación o es suficiente con la que ya hay ahora?

–La naturaleza es caprichosa. El año pasado nos dio una cosecha muy abundante que ahora nos está causando algunos problemas. Nuestra denominación ha ido creciendo a un buen ritmo, y si sigue creciendo necesitará más uva, lógicamente. Pero este es un asunto en el que el consejo regulador no tiene competencias.

–¿Y cómo se presenta la vendimia de este año?

–Parece ser que la lluvia de estos días está haciendo algún daño, de modo que es casi seguro que no vamos a tener los 40 o 41 millones de kilos del año pasado.

–¿Seguirá siendo Ramón Huidobro el gerente de la entidad?

–Esperemos que sí, claro.

–Aunque no esté afincado en Cambados, pasa mucho tiempo en esta localidad, y el hecho de ser marqués de Figueroa significa un nexo muy especial con la villa. ¿Le gustaría iniciar gestiones para que a medio o largo plazo la sede del consejo recale en Cambados o ese es un asunto que considera zanjado?

–Para mí es un tema que está zanjado. Tenemos en Pontevedra un edificio que es un lujo (el pazo de Mugartegui) y para mí esa es una batalla que está zanjada.

–Cuando se desencadenó la polémica, de todos modos, se acordó que Cambados tendría la sede histórica del consejo. Sin embargo, apenas ha funcionado como tal. ¿Se puede potenciar ese distintivo?

–Es una posibilidad que a mí me gustaría, sí.

–¿Qué va a hacer el consejo regulador en la próxima Festa do Albariño de Cambados? ¿Habrá alguna novedad relevante?

–La Festa do Albariño se celebra dentro de mes y poco, así que el pleno que entra poco margen de maniobra va a tener. Lo haremos lo mejor que podamos, pero no habrá cambios sustanciales. Será una continuidad de los años anteriores.

–El Ayuntamiento de Cambados impulsa la colocación de una escultura de Manuel Fraga por su apoyo a la fiesta y al sector del albariño, y aduce que el homenaje parte precisamente de los bodegueros y los viticultores. ¿Qué le parece?

–Si el ayuntamiento quiere homenajear a Fraga me parece bien, pero eso es algo en lo que yo no tengo nada que decir.