Representantes del Concello y de la Cofradía de A Illa mantuvieron una reunión el pasado martes de la que salió la decisión de hacer un frente común que sirva para aplicar medidas de protección en el islote Areoso, afectado de forma muy grave por la masificación turística durante todo el verano. El pósito de A Illa es la parte más perjudicada por la presencia masiva de visitantes del islote, por eso el patrón mayor, Manuel Ángel Iglesias, espera ser recibido en breve por el titular de la Consellería de Medio Rural, Samuel Juárez "para que se articulen medidas de protección que eviten la gran mortandad que están causando las lanchas de recreo en la zona".

No en vano, una de las principales preocupaciones del patrón es que "precisamente en esas fechas de julio y agosto cuando se produce el desove de varias especies en la zona; las continuas pasadas de las embarcaciones, que varan sin ningún tipo de cuidado y arrancan las hélices haciendo verdaderos socavones en la arena, acaban impidiendo que las larvas se fijen y provocan que toda esa almeja acabe muriendo". De hecho, asegura que en los últimos dos años se ha notado una importante merma en la producción de bivalvos como la almeja, extrayendo "sólo la que nosotros hemos sembrado, porque el resto muere por esta situación".

Insiste Iglesias en que la intención del pósito no es prohibir que se pueda acceder al islote, pero si "que se articulen medidas de protección y de sanción a quien las incumpla". El problema tiene solución, argumenta el patrón, y pasaría por poner un límite de visitantes en el islote y fijar un punto de varada, desde el cual, poder acceder a tierra en una pequeña embarcación que no dañe los fondos marinos. Otra de las alternativas que piensan plantear a la Consellería es instalar boyas delimitando las zonas de marisqueo para que no vuelva a registrarse el problema.

Otra de las dificultades con las que se encuentra la Cofradía es la vigilancia. El pósito no puede destacar de forma permanente vigilantes en la zona, no sólo por el material humano y técnico, sino también porque "no tienen autoridad para sancionar, sino que debe ser algún cuerpo de seguridad del Estado el que lo haga".

La preocupación por lo que está sufriendo cada año el principal banco marisquero que posee el pósito isleño ha sido tanta que la nueva directiva de la Cofradía le planteó el problema al director xeral de Competitividade Pesqueira, Juan Maneiro, que "nos dijo que la dificultad era de financiación, ya que no habría dinero para destacar un vigilante permanente y una lancha en la zona, pero nosotros no podemos permitir que Areoso sufra un año más", porque les va mucho en el envite.

Si los daños en el mar son graves, en tierra no son pocos pues el gran flujo de visitantes que recibe el islote durante el verano ha provocado un importante impacto ambiental en la zona dunar y en la flora que sobre ella crece. Aunque se llegó a proteger este entorno con vallas y con una especie de paseo de madera hace varios años, todo ello ha desaparecido. Incluso este verano, desde el pósito se ha denunciado que se han celebrado hasta barbacoas encima de las dunas.