José Manuel Cores Tourís nació en la parroquia cambadesa de Oubiña hace 51 años. Tenía sólo 27 cuando empezó en política como concejal del equipo de Antonio Pillado. En 1998 relevó en la Alcaldía a Santiago Tirado, al tiempo que se ponía al frente de la Mancomunidade do Salnés, dirigiendo esta última entidad durante cinco años. En 2000 sale elegido senador, y en mayo de 2009 el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, le confía la misión de ponerse al frente de la delegación territorial autonómica en Pontevedra. A raíz de ese nombramiento deja el acta de senador y cede a Luis Aragunde el bastón de mando del Concello de Cambados. Durante el último año, Tourís ha estado a la cabeza de diversas negociaciones muy complicadas, como las del vial de O Xufre o la de la reforma de la carretera de Curro, logrando acuerdos que poco antes parecían imposibles.

- Uno de los lugares donde fue necesario reunirse con los vecinos fue en la calle Xoán XXIII de O Grove. ¿Está solventado el conflicto con el Concello por el remate de la obra?

- La Xunta de Galicia asumió ahí unos 200.000 euros que en el convenio del bipartito figuraban como responsabilidad del Concello. Cuando llegamos a la Xunta esas obras estaban bloqueadas, pero tuve reuniones con los vecinos y con el Concello y fuimos solventando esos problemas. Ahora hay que retranquear el muro de la iglesia y acondicionar las entradas de las viviendas. Nosotros entendemos que eso le toca hacerlo al Concello. Creemos que no procede que la Xunta lo siga asumiendo todo. En cualquier caso, son obras que no exigen tanta inversión.

- ¿Existe mala relación entre el tripartito de O Grove y la Xunta o la Diputación?

- De la Diputación no puedo hablar, pero con la Xunta desde luego no. Yo me he reunido varias veces con el alcalde y con los colectivos de O Grove. En el caso del pabellón de deportes, para hacerlo en la ubicación que plantea el alcalde sería necesario romper unas pistas que se hicieron con los fondos comunitarios del Agader, y no tendría sentido. Otro planteamiento es hacerlo en el recinto del colegio. Eso ya se hizo por ejemplo en Cambados con los pabellones de San Tomé o el de instituto Cabanillas. Aunque estén dentro de un recinto escolar, estos pabellones pueden tener entradas independientes y los pueden utilizar los clubes fuera del horario lectivo. Es una fórmula que nos permite aprovechar al máximo los recursos que tenemos.

- La Xunta debe atenerse a la legalidad administrativa en el caso del centro comercial de San Miguel de Deiro. Pero existe mucha controversia sobre este proyecto, pues hay quien dice que será negativo para el pequeño comercio, mientras que otros opinan que será un motor económico y que servirá para crear empleo. ¿Qué opina usted?

- No se sabe qué influencia va a tener el centro comercial. De hecho, ahora el pequeño comercio de Vilanova está a favor, cuando antes se oponía a él. La Xunta tiene que cumplir con la legalidad, y seguirá apoyando la especialización del pequeño comercio, porque entendemos que es un sector vital para los pueblos, y que genera mucha riqueza. Pero yo pienso que el centro comercial y el pequeño comercio son compatibles.

- A Illa está muy pendiente del Plan do Litoral. ¿Es mejor ceñirse al PXOM que ya hay o plantear una división entre una Illa “urbana” y otra “protegida”?

- El conselleiro ya lo dijo claramente y es en lo que se está trabajando. A Illa va a tener un tratamiento especial y aumentará hacia la zona urbana. Pienso que los vecinos comprenden que la zona sur debe estar protegida, porque es una riqueza medioambiental importantísima.

- En los últimos meses ha bajado muchísimo la conflictividad social relacionada con grandes infraestructuras. ¿Compensa retrasar una obra de interés público para intentar contentar a todos los afectados?

- No se trata de eso. Lo que ocurre es que en la época del bipartito se hacía todo mediante imposiciones, y esa no es la manera de actuar. Lo que hay que hacer es hablar con la gente. En Curro lo que hicimos al llegar a la Xunta fue paralizar la obra y reunirnos con los vecinos. Hablé personalmente con los afectados, y el jueves pasado presentamos un proyecto que es el resultado de un diálogo permanente. La función de un delegado es saber escuchar.

- ¿Fue esa su principal función en este año? ¿Apagar los fuegos que se iniciaron en la época del bipartito?

- Mi trabajo consistió en llevar adelante las infraestructuras, pero dialogando con los vecinos y sabiendo introducir sobre la marcha las modificaciones que nos plantean.

- Hablando de vecinos, en Castrogudín están preocupados por el retraso en las obras de compensación de la Variante.

- Estamos trabajando en ese asunto. Hay obras que no figuraban en el proyecto del bipartito y que ahora demandan los vecinos. Ya hice varias visitas a Castrogudín, y allí me comprometí con los vecinos a una serie de acciones. Ese compromiso se mantiene.

- ¿Existe aún alguna posibilidad de salvar la actividad de Granitos Triturados?

- Estamos negociando con la empresa. El problema es conseguir una ubicación porque la comunidad de montes de San Lourenzo no quiere ceder los terrenos que pidió la empresa. Pero existen ubicaciones alternativas, y es en lo que estamos trabajando. Yo pienso que en un plazo de dos semanas ese asunto debería quedar aclarado, en un sentido o en otro.

- ¿Empezarán este año la obra de la depuradora del río Umia o se va a esperar a 2011?

- Creo que podemos empezar de aquí a final de año. Esta es una obra prioritaria para la Consellería de Medio Ambiente. La depuradora de Barrantes es vital para toda la comarca porque va a recoger vertidos de prácticamente todos los concellos.

- La Xunta no reabre el PAC de urgencias pediátricas de Cambados. ¿Tenían razón el PSOE y el BNG cuando decían que el problema de ese servicio era estructural y no político?

- No. El problema principal estuvo en eliminar un servicio que durante diez años funcionó bien. Fue otra decisión prepotente, sin contar para nada con los concellos ni con los médicos. Ese fue un error que ahora estamos pagando, porque no hay pediatras suficientes para restablecer el servicio.

- El presidente de Portos de Galicia dijo que en mayo estaría terminado el proyecto de las compuertas del Saco de Fefiñáns. Pero aún no lo presentó ni se sabe nada del estudio de impacto ambiental.

- El proyecto está muy avanzado, y es algo que se va a hacer este año porque tenemos el apoyo de la cofradía y de las mariscadoras. Y si se hace la obra es porque el estudio de impacto ambiental es positivo. En este asunto la oposición está siendo irresponsable, creando una alarma injustificada sobre el marisco de Cambados.

- Se eliminaron las delegaciones provinciales como medida de ahorro. Pero ahora hay cinco delegados, y existen los jefes territoriales. ¿No es un contrasentido?

- No. Se eliminaron trece delegados, y ahora quedamos dos en la provincia de Pontevedra. Antes había 52 secretarios de delegación, y esta figura también se elimina y se reconvierte en 40 jefes territoriales. Se ahorraron seis millones de euros en Galicia, de los cuales 1,8 se ahorraron en la delegación de Pontevedra sólo durante el primer año. También se ahorró en la reorganización de los locales, y en cosas aparentemente menores como el suministro eléctrico, ya hemos reducido el gasto en unos 20.000 euros.

- La Xunta invertirá 400.000 euros en el arreglo de 300 metros de taludes de la vía rápida de Cambados. Hay quien cree que las obras públicas se adjudican a precios excesivos.

- Eso es algo que estipulan los técnicos. Son los precios que se mueven en el mercado. Pero la obra de arreglo de los taludes de la vía rápida es desde luego muy necesaria, porque en esa zona hay un riesgo muy grande de desprendimientos.

- ¿Cuál es la gestión de la que está más satisfecho?

- De todas las que me permitieron estar en relación con los vecinos y desbloquear proyectos que estaban paralizados por culpa de la prepotencia de la anterior Xunta. La gestión que hice con los vecinos de Curro es una de las que más orgulloso estoy, porque en su día se levantó todo un pueblo y ahora hay un acuerdo para hacer la obra.

- También habrá alguna espina clavada.

- Lo menos agradable son las negociaciones entre las empresas y los sindicatos, porque ves empresas que van a cerrar y a gente que se queda en el paro. Eso son auténticos dramas reales, y desde mi cargo no puedo hacer mucho por ellos, salvo intentar mediar.

- Usted fue concejal, alcalde, presidente de la Mancomunidade, senador y ahora delegado de la Xunta. ¿Cuál es el tipo de política que más le gusta?

- La municipal, siempre, por la cercanía que tienes con la gente. Todos los altos cargos en política deberían pasar antes por la concejalía de un ayuntamiento. Aquí se hace escuela.