Bieito Lobeira, diputado autonómico del BNG, remitió a mejilloneros y cofradías de Galicia una circular en la que anuncia la iniciativa parlamentaria de los nacionalistas para conseguir la retirada de la jaula de salmón fondeada en la ría de Arousa.

Según el diputado frentista, la polémica jaula experimental podría carecer de los permisos pertinentes, por lo que recurre al Parlamento para saber cuándo va a ser retirada de la ría.

Este posicionamiento sorprende a muchos productores, pues recuerdan que "tanto Bieito Lobeira como el BNG formaron parte de la Comisión de Pesca y del anterior gobierno de la Xunta, el mismo que permitió que se fondearan las jaulas experimentales en nuestra ría".

Sin embargo, Lobeira dice ahora que "semanas después de la toma de posesión del nuevo gobierno del PP sigue fondeada una de las jaulas de salmones, con aproximadamente 50.000 ejemplares en su interior".

Incluso llega a apuntar que "genera especial incertidumbre el pronunciamiento de la conselleira do Mar, en el sentido de establecer un proceso de negociación con la empresa titular de las instalaciones para evitarle pérdidas, por lo que se echa en falta una voluntad clara para retirar la jaula".

Es llegado a este extremo cuando el diputado sostiene que la jaula de salmones debe retirarse de la ría "en función de los estudios científicos realizados y de la carencia de permisos para el desarrollo de esta actividad por parte de la empresa".

Ante esta situación, productores como Javier Blanco, que como presidente de la Asociación Virxe do Rosario plantó cara a estas jaulas y repetidamente reclamó su retirada, tachan de "vergonzoso" que el BNG "intente ahora engañar a la gente oponiéndose a unas jaulas que su grupo consintió, y si dice en estos momentos que estos artefactos no tenían permisos está reconociendo que el gobierno del que formó parte cometió una grave irregularidad, por lo que inmediatamente deben dimitir como diputados él y la ex conselleira de Pesca, Carmen Gallego".

Para pedir la retirada de la jaula, el BNG alude, precisamente, a que "la práctica totalidad de los sectores productivos de la ría mantienen una fuerte oposición a este proyecto, fundamentada en el impacto que posiblemente pueden causar los vertidos de piensos y antibióticos".

Eso es justamente lo que siempre argumentaron bateeiros como Javier Blanco, quien cree que "este posicionamiento del BNG es una tomadura de pelo porque llega tarde, mal y arrastro, concretamente seis meses después de los salmones".