El presidente del Consello Regulador do Mexillón, Ramón Dios, afirmó ayer que hay dirigentes del sector bateeiro interesados en "dinamitar el consello y buscar un enfrentamiento directo". Ramón Dios realizó estas manifestaciones en el transcurso de la asamblea general celebrada ayer en Vilagarcía y que había convocado el consello.

El objetivo de la asamblea era explicar la postura de la entidad en relación con las bateas experimentales, y al final se consumó el boicot anunciado por las directivas de Amegrove, Arousa Norte y Opmega, que eran precisamente las organizaciones que más enconadamente habían solicitado una explicación pública de Ramón Dios en relación a este tema.

En su intervención, el presidente del Consello Regulador fue muy duro con los máximos dirigentes de estas centrales, acusándolos de "no creer" en el consello y de moverse por "intereses ocultos". "Hay alguien que lo único que está buscando es su beneficio particular", añadió.

Algunas de las centrales que no acudieron a la asamblea de ayer pusieron como pretexto de su ausencia que tenían otros actos importantes fijados con antelación, aunque también hay quien argumentó su decisión "porque lo que nosotros queremos es una reunión directa con la Consellería de Pesca. El consello no es quien tiene que resolver un asunto de concesiones administrativas".

Al parecer, estas entidades también recomendaron a las organizaciones que cobijan que no acudiesen a la asamblea. Pero la realidad fue que ayer se congregaron en el edificio del mejillón más de un centenar de personas, entre las que se encontraban muchos socios ligados a Opmega, Federación Norte o Amegrove, e incluso había presidentes de algunas agrupaciones.

Al iniciar su intervención, el presidente del consejo regulador agradeció la presencia de todos los bateeiros, pero tuvo una mención especial hacia los socios de esas entidades que se atravieron a desafiar el "boicot".

Posteriormente, al referirse a una reunión mantenida en la Xunta para hablar precisamente de las bateas experimentales -y a la que no acudieron todas las organizaciones invitadas- dijo que "hubo momentos durante esa reunión que creí que la presencia de otros representantes del sector permitiría afrontar mejor las condiciones, pero si tienen miedo y no están capacitados para afrontar esta asamblea informativa menos lo estarán para defender los intereses de los mejilloneros frente a terceros".

En declaraciones anteriores a esta asamblea, Ramón Dios había ido más allá, acusando personalmente a Javier Figueira de encontrarse detrás de una supuesta campaña cuyo fin sería "fragmentar y dividir" a las asociaciones, para debilitar al sector y ponérselo en bandeja a grandes empresas multinacionales. El presidente del consejo agregó que, bajo su punto de vista, "el sector está pasando por el momento más delicado de los últimos sesenta años".

Otro dirigente mejillonero presente en la asamblea de ayer, Javier Blanco, de "Virxe do Rosario", apuntó por su parte que "lo que me quedó claro tras conocer la documentación es que hay unos señores que le quieren abrir una puerta a alguien para que se haga con este sector". Otros asistentes consideran que la polémica de las bateas experimentales es una "polvareda" tras la cual se ocultan los intereses de alguna multinacional.

No habrá más producción

Según las explicaciones que aportó Ramón Dios, la batea experimental de mejillón que se va a instalar en las proximidades de Ribeira no supondrá un aumento de la producción de molusco, tal y como temían algunos bateeiros de la ría de Arousa, que veían en ella una posible competencia.

El presidente del consejo mostró el acta de una reunión que mantuvo con la Consellería de Pesca -a la que estaban convocadas las principales asociaciones del sector, pero a la que tampoco acudieron Opmega y Federación Norte- según la cual esta batea cuenta con un permiso de 2005, expedido por la anterior Xunta de Galicia, cuando gobernaba el Partido Popular.

Según ese acta, la idea inicial era que la concesión fuese por tres años en un polígono de Vilagarcía. Pero tras las conversaciones se acordó que la concesión fuese de tres meses en la zona exterior de la ría -donde el parque estará sometido a un fuerte oleaje- instalando las cuerdas de bateas ya existentes para evitar el incremento de la producción. Los dos años y nueve meses restantes, la batea será trasladada a un polígono considerado "malo" -dentro de la ría- y sustituirá a otra existente. Los socios tendrán acceso a los datos de este parque de cultivo con el que se pretende probar la fijación del molusco según las condiciones ambientales.

Finalmente, algunos bateeiros se mostraron dispuestos a costear una revista trimestral del sector, que se dejó de editar hace tres ó cuatro años.