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Maestros marciales del siglo XXI

En la práctica de las artes marciales europeas, la Sala Viguesa de Esgrima Antiga es una de las agrupaciones de referencia

Imagen de tratados históricos.

Armados con espadas y sables, treinta personas, hombres y mujeres, se reúnen tres días por semana en el pabellón de Bouzas para practicar la llamada esgrima antigua o histórica, también conocida como H.E.M.A (siglas en inglés de Historical European Martial Arts).

Las artes marciales propias de Occidente han llegado hasta nuestros días gracias a la investigación de los tratados históricos y a la interpretación de las enseñanzas de los antiguos maestros. "A partir de ahí se han creado clases impartidas normalmente por los instructores de las salas de armas, para que el aprendizaje del alumno sea mucho más práctico que teórico", explica Damián Troncoso, instructor de la Sala Viguesa de Esgrima Antiga (S.V.E.A.).

Fundada en el verano de 2007, la agrupación se ha convertido en uno de los referentes en las competiciones nacionales de esgrima histórica. Precisamente, en el último torneo celebrado en Barcelona, el open Halbschwert, Troncoso se alzó con la medalla de plata en la categoría de espada ropera, eliminando a varios adversarios franceses y polacos.

La espada ropera es la propia del Siglo de Oro español, y como todas las utilizadas por los esgrimistas, es una réplica totalmente fieles en peso y medidas. "La única diferencia es que las nuestras son armas negras; es decir, que no están afiladas ni tampoco tienen punta para que sean totalmente seguras en la práctica deportiva", apostilla Troncoso.

En la S.V.E.A. entrenan con espada medieval con escudo broquel; espada larga a dos manos (también llamada bastarda o de mano y media); la ya mencionada espada ropera; y sable militar.

Pero la cantidad de disciplinas es amplísima, ya que las artes marciales históricas europeas engloban todos los tipos de esgrima de los que se conservan manuales pretéritos, sumamente ricos en información y que permiten investigar e interpretar las técnicas descritas, desde el más antiguo del que se tiene constancia, el de la espada medieval y el escudo broquel depositado en Londres y escrito en latín por un monje alemán en 1290, hasta los tratados de esgrima de florete de duelo del siglo XIX.

La esgrima variaba según la región y la época. Por ejemplo, del siglo XVII es la escuela española de la Verdadera Destreza mientras que en la región itálica practicaban un estilo diferente, llamado "esgrima a la italiana".

Esgrima con daga, con palo, con lanza, sable militar, escudo grande€ A pesar de ser múltiples las variedades de artes marciales europeas, todavía son más desconocidas que las orientales. "Aunque hoy en día las practiquemos como ocio, las artes marciales siempre fueron inherentes a la guerra y uno de los lugares del mundo donde desgraciadamente más conflictos bélicos hubo fue Europa. Por ello -recuerda el instructor vigués-, el desarrollo armamentístico evolucionó tanto que ya en el siglo XVI se empezaron a dejar de lado las espadas en el campo de batalla para utilizar cada vez más las armas de fuego. Las espadas pasaron a uso civil y posteriormente se convirtieron en deporte olímpico a través de la esgrima. En Oriente, por el contrario, esto no sucedió hasta hace apenas 150 años, por lo que China, Corea y Japón aún conservaban sus artes marciales tal y como fueron transmitidas durante siglos, de maestro a alumno".

Con la deportivización de la esgrima, en Europa se perdió el legado marcial que hoy en día grupos como la S.V.E.A. intentan recuperar para que se practique como el karate, el taekwondo o el wu-shu. "No olvidemos que ya los antiguos griegos practicaban el pancracio, los romanos enseñaban esgrima a sus gladiadores y que hay muchas similitudes entre las técnicas de un caballero medieval con una espada a dos manos y un samurai con su katana. Incluso hay técnicas de ringen (lucha tradicional alemana) que hoy encontramos en deportes como el judo. Occidentales y orientales, todos somos personas con dos brazos y dos piernas y, por tanto, la biomecánica es similar", afirma Troncoso, quien recuerda que la esgrima es pura destreza. "En nuestra sala tenemos mujeres y hombres de todas las edades y constitución física que luchan entre ellos. Como decía un maestro alemán del s.XV, si la esgrima fuera solo cuestión de fuerza, ya no sería un arte".

En España existen medio centenar de salas de armas, siendo Galicia una de las comunidades con un mayor número, ocho. Dentro de la federación gallega, A.G.E.A., se encuentran, además, instructores e investigadores de prestigio internacional y esgrimistas de gran nivel.

Exhibiciones

Además de los seminarios que imparten en eventos deportivos, los miembros de la sala viguesa realizan exhibiciones de esgrima histórica en museos o colegios o coreografías de esgrima escénica en fiestas como la Arribada de Baiona y la Festa da Istoria de Ribadavia.

"Estas exhibiciones se componen de una explicación al público de nuestras armas y una serie de técnicas históricas, además de combates de demostración con las protecciones adecuadas. También, si hay espacio, damos unas clases de iniciación al público", apunta el instructor, cuya pasión por la esgrima histórica se remonta a la infancia. "¿Quién de niño no cogió un palo y simuló ser un caballero o un mosquetero? Pues yo era así, un niño al que le apasionaban las leyendas y la mitología y que cuando creció un poco ,se dio cuenta de que la mejor historia es la propia Historia. De joven era un buen atleta, pero no encontraba mi deporte, hasta que me decidí por la esgrima y ya en 2007 y 2008 surgió la esgrima histórica en varias partes de Galicia; por tanto, combinar mi pasión por la historia junto con una actividad deportiva fue algo que me enamoró al instante", rememora.

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