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Iria Blanco, frente a una de las obras de su exposición. // José Lores

"As cores do jazz", cuando la música toma forma sobre el lienzo

" Iria Blanco expone en la Alcaldía una treintena de obras dentro del ciclo Mostrarte

Decía el compositor estadounidense George Gershwin que "en cierto modo, la vida es como el jazz: es mejor cuando improvisas". Así concibe el arte Iria Blanco, como una improvisación "donde no hay nada resuelto, donde siempre estás explorando".

La artista expone hasta el 15 de enero, en la Alcaldía y dentro del ciclo Mostrarte, "As cores do jazz", una treintena de obras que tienen a este estilo musical como tema recurrente. Blanco comenzó esta colección en 2009, con el cuadro "It never entered in my mind", dedicado a Miles Davis. "El jazz se suele interpretar en lugares con poca luminosidad; hay que buscar más la forma que el color, lo que me sugirió trabajar en blancos, negros y grises para lograr esa atmósfera turbia, de nocturnidad, de nebulosa propia del humo que también se percibe en el cine y la novela negra", explica.

Para la artista, el jazz y la pintura tienen un paralelismo metafórico. "Aunque lo propio de la música es el tiempo y lo propio de la pintura es el espacio, tienen sus semejanzas: la música sigue un ritmo gráfico que emparenta con un ritmo musical, y en la pintura, la percepción del espectador tiene algo de temporal, porque un cuadro lo vas viendo poco a poco, y es el cerebro el que va incorporando todos los datos que va viendo y completa la imagen, sin que seamos muy conscientes de ello".

Esta idea se intensifica en los tres cuadros de la colección pintados con la técnica de la perspectiva inversa, que produce una ilusión óptica en 3D. "No los puedes ver de forma estática, sino que el efecto se aprecia a través del movimiento".

La primera vez que Blanco vio esta ilusión óptica fue en Canadá y se interesó por el planteamiento. "Investigué la técnica y descubrí que ya se empleaba desde el Renacimiento. Estoy tratando de reinventar algo que los artistas llevan muchos siglos empleando".

Así, recuerda que para crear el díptico de la Anunciación de Van Eyck, el pintor flamenco necesitó conocer la técnica del trampantojo, la óptica y la catóptica (la ciencia que estudia la reflexión de la luz), lo que le permitió crear una imagen de dos figuras de apariencia tridimensional. "Tengo un carácter científico-artístico", afirma Blanco, quien trabaja como farmacéutica hospitalaria. "Y soy artista total, no pinto en horas libres, lo hago por necesidad vital, porque cuando pinto me siento en un lugar fascinante. Desde pequeña es mi medio natural de expresión", declara.

Además del jazz, son también temas recurrentes en la obra de Blanco el mar, la ciencia, la infancia o la maternidad. "No es algo premeditado. También realicé la tesis en Farmacología sobre el uso de antibióticos en el parto. Porque soy mujer, porque tengo un niño y me siento madre; es algo íntimo y personal", apostilla.

Los sintecho, protagonistas de una muestra fotográfica

  • Con motivo del Día de las Personas sin Hogar que se celebró el pasado domingo, el colectivo Os Ninguéns, foro socioeducativo para la lucha contra la exclusión social, presenta en la sala Apo`strophe la exposición "ExPobreza: ¿población oculta? población ocultada".El objetivo de la muestra, que permanecerá abierta hasta el 5 de diciembre, es llamar la atención sobre la problemática de la población oculta en el entorno de Vigo, tema que centró ayer la charla inaugural a cargo de Antón Bouzas, presidente del colectivo.También se exhiben obras de la colección "Invisibles", del fotógrafo Miguel Núñez, quien ha donado uno de sus retratos más conocidos, el de Gringo, un sintecho vigués fallecido hace seis meses, para sortear el último día entre los visitantes que colaboren aportando un relato corto sobre la pobreza.

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