Hermosa y relajante, la cascata da Cabreia se sitúa en la parroquia de Silva Escura, en un auténtico oasis verde. Aquí las aguas del río Mau ganan velocidad y fuerza antes de despeñarse por una ladera rocosa. Se trata de un lugar inolvidable lleno de rincones románticos y de naturaleza en todo su esplendor.
La fervenza está incluida en la Rota da Água e da Pedra del territorio de las Montanhas Mágicas, donde ocupa la posición suroeste. Muy cerca de Aveiro, Sever do Vouga es famoso por sus magníficos paisajes naturales y por su patrimonio, especialmente megalítico, además de tener excelentes miradores al Atlántico y a la montaña. Geográficamente ocupa gran parte de la Sierra de Arestal, perteneciente al macizo de Gralheira, así como el valle del Río Vouga, un área integrada en la Red Natura 2000.
De fácil acceso, el origen de la cascada es debido a un fenómeno de erosión diferencial: el granito de la superficie es más resistente a la erosión fluvial que el xisto, lo que ha ido provocando a lo largo del tiempo un desnivel cada vez más acentuado. Además, la existencia de fallas en la zona permiten estos torrentes. Cerca hay otra caída fluvial, la de Filveda. El mirlo de agua es el guardián de estos parajes, con una ligazón tan íntima al medio acuático que las crías aprenden a nadar antes que a volar. El bosque de ribera es aquí una galería continua de árboles, con habitantes como salamandras o tritones.
El parque da Cabreia, bien equipado y con buenos accesos, es un lugar que permite la contemplación de la cascada y de la biodiversidad característica del río Mau. El concello cuenta con una afamada ecopista, resultado de la recuperación de la antigua línea ferroviaria del Vouga. La senda va poniendo al descubierto sus más valiosos legados, desde el puente del Poço de Santiago -uno de los emblemas de Sever do Vouga, por donde pasaba la locomotora a vapor "A Vouguinha"- a los viejos túneles ferroviarios que dan al paisaje un encanto único; sin olvidar la estación de Paradela, recuperada y transformada en eco-café.
El municipio es un auténtico museo al aire libre, con grabados rupestres como los del Forno dos Mouros o dólmenes como el Anta da Cerqueira, sin olvidar el tramo de calzada romana de Ereira, perteneciente al itinerario que enlazaba Lisboa con Braga. Otras paradas ineludibles en este recorrido son la aldea de los Amiais, la laguna de la Presa de Ribeiradio o miradores como el de Nossa Senhora da Penha.
