La fiesta terminó en tragedia. La "miss" ucraniana Sofia Magerko emitió en directo su propia muerte el pasado fin de semana en la región de Járkov (Ucrania) junto a la de su copiloto Dasha Medvedeva mientras bebían, cantaban y conducían a alta velocidad un BMW. Magerko, de 16 años, recién coronada reina de belleza en Izyum, y su amiga, de 24 años, son las últimas víctimas de imprudencias que luego llegan a las redes sociales.

El final de la difusión en Instagram mostró a sus amigos y seguidores la tragedia al estrellarse contra un poste, y fueron ellos los encargados de llamar a emergencias para socorrer a las accidentadas. La acompañante murió en el acto y la "miss" falleció de camino al hospital. Ninguna llevaba el cinturón de seguridad puesto.

No son los primeros casos de conductores que sufren las dramática consecuencias de no prestar toda la atención al volante y distraerse con aparatos electrónicos para difundir sus excesos en internet. Brandon Gianopoulos, un vendedor de coches de Denver, de 24 años, se mató mientras grababa un vídeo para Facebook conduciendo un lujoso deportivo con el que se estrelló a 180 kilómetros por hora.

Y una joven de 23 años, Sitora B, murió en marzo en una carretera de Kazán (Rusia) al chocar contra un autobús mientras estaba entretenida con una aplicación de retransmisión en directo, saludando a sus seguidores y hablando a la cámara: "¿Cómo están todos, adónde viajan?".

En España, utilizar el móvil al volante cuesta 200 euros y 3 puntos que desaparecen del permiso de conducir. De los 662 conductores encuestados por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) un 8% reconoce utilizar el móvil cuando está en la carretera, un porcentaje mayor que los españoles que aseguran conducir bajo los efectos del alcohol, de manera agresiva o superando los límites de velocidad.

No existen casos españoles con un final tan trágico, pero sí hay casos de imprudencias exhibidas en las redes sociales. La Guardia Civil de Burgos, por ejemplo, retiró el carné de conducir el pasado marzo a un joven de 24 años, de iniciales J. V. T. por grabarse conduciendo acompañado a 220 kilómetros por hora por la A-62.