Artista polifacético, aventajado a su tiempo y exuberante en las formas, Tino Casal fue un cordero con apariencia de lobo o, como reza acertadamente una de sus canciones más ambiciosas, con una Piel de diablo al que 25 años después de su muerte cabe redescubrir a través de sus temas. La discográfica Warner pone en circulación un doble CD bajo este título para homenajear su figura. En su tierra natal, Oviedo, tampoco dejan pasar de largo este aniversario y la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) propondrá el próximo martes hacerlo hijo predilecto de la ciudad. El reconocimiento al artista, muerto en un trágico accidente de tráfico en Madrid, se impulsa desde el Ayuntamiento con la seguridad de que saldrá adelante.

El día 22 se cumplen 25 años de su muerte y mañana le ha preparado un día en torno a su figura enmarcado dentro de las fiestas locales, Loquillo y Los Secretos, así como la orquesta Assia, servirán al homenaje. Sin embargo, una parte de sus fans se mostró descontenta por el homenaje asegurando que ni Loquillo ni Los Secretos "tienen nada que ver" con Tino Casal, su música o lo que representa.

Del tamaño de su obra quedan éxitos como "Embrujada", "Pánico en el edén" o "Champú de huevo", pero Casal fue mucho más, como reivindica el periodista Julián Ruiz con Piel de diablo, un álbum doble que también recopila temas que, en su criterio, merecieron mejor suerte y que redimensionan la talla completa del artista.

En su opinión, "Tino Casal no está suficientemente reivindicado. Era exagerado, excesivamente exuberante en su aspecto, y eso en España no se llevaba bien", afirma.