"¡Es solo nostalgia! Eres un turista en tu propia juventud". Es uno de los personajes de "Trainspotting 2" quien dicta una sentencia que define cómo funciona la película para aquellos espectadores que tuvieron la oportunidad de disfrutar de las andanzas de los cuatro amigos hace veinte años y que lo hicieron, además, siendo jóvenes, una dolencia del corazón y del cuerpo que el tiempo cura. Ese público queda de inmediato seducido por esa nostalgia, con la que el realizador salpica un largometraje que podría no haber existido, pero que tampoco empaña a su precedesor. Si acaso sirve para resucitarlo y comprobar que el "elige vida 2.0" no ha supuesto un avance de la civilización con respecto al original.
