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¿Quo vadis, Hollywood?

La nueva versión de "Ben-Hur" llega hoy a la cartelera española tras pinchar en la taquilla de Estados Unidos y ser vapuleada por la crítica. El público parece cansado de tantos "remakes" y secuelas

Un momento de la revisión de Ben-Hur que ha hecho Hollywood // Paramount

Hay un refrán anglosajón que dice algo así: "Si no está estropeado, no lo arregles". Un sabio consejo que no siguieron los productores de la nueva versión de "Ben-Hur", la película dirigida en 1959 por William Wyler, y que ostenta el récord de óscars, 11, solo igualado por "Titanic" (1997) y por "El Señor de los Anillos: El retorno del Rey" (2003). Este remake costó cien millones de dólares -promoción aparte- y solo recaudó 11 en su primer fin de semana en Estados Unidos. Además, la crítica lo ha puesto de vuelta y media: solo tiene un 38 (sobre 100) en Metacritic. Un desastre de proporciones bíblicas.

Como ha reconocido el vicepresidente de Paramount (el estudio de Hollywood que produjo esta película), Rob Moore, en declaraciones a "Variety", "los consumidores han puesto el listón más alto a la hora de apoyar secuelas o remakes". Tal vez sea la competencia de las series de televisión, pero es cierto que gran parte de las últimas secuelas norteamericanas ("Zoolander 2", "Star Trek: más allá" y "Jason Bourne"...) han patinado en taquilla.

Se apunta como otra de las causas del escaso interés que ha despertado "Ben-Hur" entre la audiencia estadounidense el bajo perfil del reparto: el poco conocido Jack Huston se encarga de dar vida a Judah Ben-Hur, quien en la célebre versión de 1959 era interpretado por Charlton Heston. El brasileño Rodrigo Santoro (el Jerjes de "300") encarna a Jesucristo, al que esta vez sí se le ve la cara y cobra mayor protagonismo. De Messala se encarga otro actor de escaso currículum, Toby Kebbell. La única estrella es el oscarizado Morgan Freeman -con pinta de rastafari jamaicano- como Sheik Ilderim.

Tampoco ha convencido el eslogan de que esta nueva versión aporta un mensaje renovado de redención y perdón más fiel a la novela de Lew Wallace. Y el director Timur Bekmambetov -realizador de la pésima "Abraham Lincoln: Cazador de vampiros", y que en un primer momento rechazó la encomienda- no ha logrado atraer al público con unas escenas llenas de efectos digitales y una acción más propia -dicen- de la franquicia "Fast and Furious".

Por último, la temática bíblica y el género péplum no enganchan al público joven: el 94% de los que vieron "Ben-Hur" en su primer fin de semana en Estados Unidos tenían más de 25 años.

Tal vez la fábrica de sueños de Hollywood necesite revisar sus mandamientos. El primero debería ser: "no copiarás en vano".

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