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Emoción que no se extingue

La nueva película de Pixar, 'El viaje de Arlo', está protagonizada por un dinosaurio con rasgos humanos. La factoría de animación cumple 20 años

El dinosaurio Arlo y el niño Spot, protagonistas de "El viaje de Arlo". // Disney Pixar

Un dinosaurio puede ser el mejor amigo de un niño. Eso lo sabemos bien en Vigo. Aunque lo que plantea "El viaje de Arlo", la nueva película de Disney Pixar, es justamente lo inverso: un dinosaurio "humanizado" que encuentra la amistad de un niño salvaje, de modo que el niño se convierte, de alguna forma, en la mascota del dinosaurio. Este planteamiento, que a buen seguro hará las delicias de los animalistas, es uno de los aspectos más originales de esta película dirigida por el debutante Peter Sohn y que la crítica ha acogido de forma favorable, aunque los elogios no llegan a la altura de los que cosechó su antecesora, la excelente "Del revés".

Antes que nada, uno de esos misterios de la industria cinematográfica: ¿por qué se ha renunciado, una vez más, a traducir simplemente al castellano el título original de la película, "The good dinosaur", "El buen dinosaurio"? ¿Al titularla "El viaje de Arlo" se rinde un homenaje a "El viaje de Chihiro" (2001), obra maestra de la animación japonesa? A saber.

El argumento se toma una licencia (pre)histórica, la de presentar a dinosaurios y humanos en el mismo plano temporal, cuando sabemos que los primeros se extinguieron muchos millones de años antes de la aparición de los segundos. El protagonista, Arlo, es un apatosaurio -especie que vivió hace unos 150 millones de años- que se hace amigo de un humano, un crío llamado Spot. Puede que este último personaje esté basado en "El pequeño salvaje" (1970), la película de François Truffaut sobre el niño hallado en un bosque tras haber sobrevivido sin contacto con los hombres ni con la civilización. Y es que, como reconoce el director, Peter Sohn, el niño Spot "es un animal en el sentido más amplio de la palabra, una criatura tenaz y valiente, lo opuesto a Arlo. Es la historia de un niño y su perro, pero en nuestra historia el niño es un dinosaurio y el perro es un niño".

"Se trata de una historia de iniciación a la edad adulta", añade Sohn. "A Arlo le asusta todo, pero su padre, Poppa, le anima a aventurarse en lo desconocido, a enfrentarse a sus miedos, a ser alguien importante". Todo eso ocurre cuando el dinosaurio, tras un enfado, se aleja de su casa y se pierde, encontrándose después con el "pequeño salvaje" Spot, que lleva toda su vida en plena naturaleza, lo que le ha convertido en un crío valiente e ingenioso. El vínculo que se establece entre Arlo y Spot permite al dinosaurio enfrentarse a sus miedos y ganarle la partida a su máximo enemigo: la naturaleza.

Como ya se ha dicho, los dinosaurios se muestran "humanizados", como si fueran granjeros del noroeste americano, donde transcurre la película. Los hermanos de Arlo, Libby y Buck, se ocupan de las tareas de la granja sin ningún problema, mientras que el pequeño Arlo, enclenque y titubeante, se siente como un inútil.

Siguiendo con la humanización de los dinosaurios, Arlo y Spot se topan en su periplo a una familia de tiranosaurios rex que, según Kelsey Mann, supervisora de la historia, están inspirados en gran medida en una familia del Noroeste americano. "Son la versión cowboy de los dinosaurios: rancheros, tranquilos, intimidantes, duros y enormes".

Como suele ocurrir con las películas de Pixar y otras muchas producciones de Hollywood, se llegó a todo esto tras un largo y concienzudo trabajo de campo de los realizadores, que se adentraron en en los estados de Oregón, Montana, Idaho y Wyoming para inspirarse en el modo de vida de sus gentes y captar la belleza de sus paisajes. Las praderas de Montana, el desierto rojo de Utah y las cascadas de Yellowstone sirvieron para diseñar los entornos salvajes que "El viaje de Arlo" muestra con gran belleza. Unos entornos tan impresionantes que incluso los dinosaurios parecen pequeños, y que han propiciado que algunos críticos hayan calificado esta película como la más cinematográfica de Pixar hasta la fecha.

Para llevar esta fantástica variedad paisajística al entorno digital, los técnicos de Pixar desarrollaron una técnica novedosa, utilizando datos de campo de altitud del Servicio Geológico de Estados Unidos. Sus registros de elevación fueron la base para el sistema que construyeron. Configuraron un programa informático para diferenciar los colores del terreno: si era verde, eran árboles; si era marrón, era tierra; y si era azul, tenía que ser agua.

También las nubes de esos horizontes interminables del noroeste americano supusieron un reto técnico para Pixar. Se trata de nubes "cien por cien volumétricas", según ordenó la directora de fotografía de la película, Sharon Calahan.

Que todo parezca sencillo requiere una enorme complejidad técnica, como ha destacado recientemente uno de los encargados de animación de Pixar, el español Juan Carlos Navarro. Este alicantino, que también trabajó en "Monstruos University" y en "Cars 2", y que actualmente está inmerso en la secuela de "Buscando a Nemo", "Buscando a Dory" (cuyo estreno está previsto para junio de 2016), asegura que cada proyecto de Pixar involucra a una media de 800 animadores. "Es un proceso muy laborioso, pero es una pasión", ha declarado. "Trabajar en Pixar es un sueño. Es una comunidad de artistas donde hay una confianza, un respeto y un apoyo unos con otros que es lo que permite que salga el mejor trabajo posible. Te dan lo que necesitas para crear al máximo".

Navarro fue uno de los primeros ocho animadores que trabajó en la película, y tuvo la oportunidad de desarrollar los personajes. En una historia en la que escasean los diálogos resultó especialmente crucial el trabajo de los animadores para crear el repertorio gestual de los dinosaurios y del humano-mascota Spot. Su objetivo ha sido, dice, "encontrar el elquilibrio entre la comedia y la profundidad emocional".

A la vista de las primeras críticas de la película, parece que lo han conseguido. Aunque "El viaje de Arlo" se inclina más hacia el público infantil y no contiene tangos guiños a la cultura pop adulta como otras películas de Pixar, ofrece momentos realmente conmovedores, como apuntan los críticos de medios tan prestigiosos com "The New York Times" y "The Telegraph".

Veinte años después del estreno de "Toy Story", los magos de los estudios californianos siguen siendo unos maestros en eso de tocarnos la fibra, llevándonos al infinito de su imaginación y más allá.

La era de Pixar cumple 20 años

  • Hace ahora 20 años, Pixar dio un salto mortal en el cine de animación. Decidió producir el primer largometraje animado por ordenador y, pese a las reticencias iniciales de Disney y a los malos augurios, fue un gran éxito. "Toy Story" no solo arrasó en taquilla, sino que marcó una nueva era.Fue tal la revolución que la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood concedió un Óscar especial al director del filme, John Lasseter, por los logros conseguidos en el campo de la animación generada por ordenador.Todavía no existía la categoría del Óscar al mejor largometraje de animación -se instauró en 2001- pero aún así, "Toy Story" se llevó una estatuilla, algo que antes solo había ocurrido con otras dos películas de animación: "Blancanieves y los siete enanitos" en 1938 y "¿Quién engañó a Roger Rabbit?" en 1988."Toy Story" supuso un salto enorme en el estilo, profundidad, técnica y temática de la animación, además de que con esta película, Pixar plantó cara al dominio absoluto de los estudios Disney y abrió posibilidades para la entrada de más competidores.El germen de Pixar se remonta a 1979, con una división que era parte de la compañía Lucasfilm de George Lucas y que se creó para desarrollar la tecnología del arte por ordenador destinado al cine.En 1983, John Lasseter, que trabajaba en Disney, fue fichado para dar forma al cine de animación por ordenador. El primer resultado fue el cortometraje "The Adventures of André & Wally B.", lanzado en 1984, un año antes de que Steve Jobs comprara la división y la estableciera como compañía independiente bajo el nombre de Pixar.Le siguieron "Luxo Jr.", "Red´s Dream", "Tin Toy" -Óscar a mejor corto de animación en 1988-, "Knick Knack", antes de que en 1991 Pixar y Disney se aliaran para realizar el primer largometraje animado por ordenador.Pero antes de que "Toy Story" viera la luz, hubo muchas dificultades, como el rechazo inicial de Disney a la idea de dejar parte del control en manos de otra compañía, lo que llevó a Pixar a plantearse producir la película en solitario.Pero todo cambió después de que Disney llegara a un acuerdo con Tim Burton para encargarse únicamente de la distribución de "Pesadilla antes de Navidad".Era la primera vez que aceptaban distribuir una película que no habían producido y decidieron ofrecerle el mismo acuerdo a Pixar y Lasseter, lo que permitió poner en marcha el proyecto.Si no hubiera sido por el filme de Burton, probablemente no se hubiera podido realizar "Toy Story", como reconoció Lasseter recientemente.Pero el acuerdo llegó y Lasseter y su equipo comenzaron a trabajar en un proyecto que querían se alejara del estilo tradicional de Disney. No querían que fuera musical, ni repetir el estereotipo de malo y bueno. Y empezaron a pensar en la idea de los juguetes, que ya habían usado en "Tin Toy".Los juguetes eran la perfecta elección para el tipo de animación que se planteaba Pixar, llena de color y con un pretendido alejamiento de cualquier atisbo de realidad, según ha contado Lasseter en diversas ocasiones.Nada que ver con lo que hacía entonces Disney, que estrenó "El rey león" en 1994 y "Pocahontas" en 1995, dos ejemplos de un estilo un tanto estancado que aún tardaría unos años en evolucionar al ritmo marcado por Pixar y por Dreamworks.Pixar se adelantó al cambio y en "Toy Story" revolucionó por completo el concepto de cine de animación, que dejó de estar dirigido únicamente a los niños.Un humor más gamberro, ironía, unos personajes divertidos y torpes y nada del excesivo azúcar de las producciones Disney hicieron de la película un éxito mundial e inmediato.Fue la más taquillera del año en Estados Unidos y la segunda en todo el mundo, con una recaudación de más de 362 millones de dólares.Woody y Buzz Lightyear se convirtieron en héroes a su pesar con personalidades muy alejadas de los estereotipos de la animación, lo que se convirtió en marca de la casa en los siguientes filmes, también con protagonistas tan imperfectos como tiernos."Monstruos, S.A.", "Buscando a Nemo", "Los increíbles", "Ratatouille", "Wall-E", "Up" o "Del revés", sin olvidar las dos siguientes entregas de "Toy Story" son otras de las joyas que Pixar ha realizado desde entonces.Pero no hay que olvidar que todo empezó con "Toy Story" y con la ya mítica frase de Buzz Lightyear: "¡Hasta el infinito y más allá!".

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