Si las perspectivas laborales no hubieran sido tan sombrías durante este último verano, es probable que Josephine no hubiera aceptado el puesto de administrativa en unn edificio sin ventanas situado en la periferia. Su tareia consiste, exclusivamente, en introducir interminables series numéricas en la enigmática Base de Datos. Pero a medida que pasan los días y los inescrutrables impresos se van acumulando, Josephine empieza a sentirse amenazada por el inquietante entorno: el xubido de la ventilación, el color rosáceo de la pared, el eco de largos pasillos...