El eje de El santuario de la Tierra, entre la realidad y la ficción, es la ciudad legendaria de Paititi, de la que se ha hablado mucho y a la que pocos han llegado. El propio Paz dice que en una de sus expediciones ha tenido la oportunidad de llegar a sus ruinas y da fe de lo complicado de su acceso, tanto físico como espiritual, ya que recalca que "llegar es un verdadero camino iniciático a través de una ´Ruta Prohibida´ que solo se puede recorrer y solo se puede llegar si se es invitado por las entidades y fuerzas que guardan aquel enclave, uno de los últimos retiros de la luz y el conocimiento planetario".