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Pablo Novoa Álvarez

"Mi afición por el estudio del pasado comenzó en mi niñez entre las murallas de Lugo"

"Actualmente investigo con otros lo que llamamos 'arqueología imposible', buscando respuesta a restos que no tienen un porqué, por quién y para qué"

Uno nunca sabe cuál es ese momento en que comienza una afición o una pasión, y hurgando en el túnel del tiempo Pablo Novoa sitúa la suya, la arqueología, en esa feliz infancia que vivió en la Lucus Augusta romana. Pasarían años antes de que se materializara con cambios vitales como la emigración a Venezuela con sus padres, que le situó en un contexto geográfico, a partir de su trabajo como fotógrafo, muy apto para adentrarse en espacios selváticos con restos de la cultura precolombina. Poco a poco su espíritu de viaje y su curiosidad insaciable le fueron acumulando vivencias muy diversas y conocimientos autodidactas sobre el pasado que le llevaron a responsabilidades públicas en el ámbito de la cultura y se fueron volcando en libros y publicaciones diversas. No es un estudioso forjado en el ámbito oficial de la academia sino en el de la praxis , los kilómetros recorridos y las obsesivas lecturas e investigaciones personales. A España volvió con su familia en los 80, fijando su residencia en Vigo hasta que en 2005 la dolorosa muerte de su mujer marcó un antes y un después y se retiró en voluntaria soledad a una nueva vida en O Rosal, desde donde sigue estudiando, escribiendo y planificando sus viajes, como el último que le llevó por el Machu Pichu peruano. Así narra las peripecias de su vida.

"Tuve el privilegio, pues desciendo de familia ourensana de músicos y poetas, de nacer al pie de la muralla romana de Lugo en 1945; gracias a eso y a las anécdotas que tuve de niño en la Lucus Augusta, nació mi afición por la arqueología. A los diez años jugando en el jardín del Campo Castillo enfrente al Café Celta, que era de mis padres, encontré un día entre la tierra húmeda una moneda de cobre con las inscripciones muy borradas, pero que tenían rasgos de haber pertenecido a la cultura romana. A los doce años tuve la inquietud de visitar el antiguo museo que había en la calle de la Reina y sorprendido por los objetos arqueológicos que veía me quedé encerrado en una sala. Al apagar las luces cuando cerraron las puertas empecé a llorar, vi una tenue luz que entraba por una ventana y me asomé a ella, y fue cuando la gente que pasaba por el lugar oyó mi llanto, acercándose algunas personas a consolarme. Mientras avisaban a la Policía Municipal, que funcionaba en el Ayuntamiento a menos de cien metros del museo, abrieron la puerta y salí llorando, con dos policías municipales regañándone y amenazándome con contárselo a mis padres. Entre sollozos y lágrimas les pedí que no lo hicieran, que si no me esperaba una buena en casa, y ese fue el consuelo que me dieron después de esa experiencia que tuve y que me dejó "marcado". Estudié tres años de Comercio por libre en una academia pero, previendo mis padres que viajaríamos a Venezuela pronto, ya que mi hermano se había ido con quince años a trabajar allí con un tío, me cambiaron para la Escuela de Trabajo, donde estudié 2 años de Maestría Industrial, y ya iniciándoe en la carrera de Delineante General".

"En 1960, reclamados por mi hermano que vivía en Venezuela, mis padres deciden emigrar a ese país y me dan escoger, o quedarme estudiando en España o viajar con ellos. Yo me incliné por la segunda opción, la idea del Nuevo Mundo me llamaba mucho la atención. Mi mente era muy imaginativa hacia el mundo de la aventura, y el 23 de julio de 1960, como diría mi madre en una poesía de su creación varios años después "embarcamos en Vigo con moita alegría, en un barco que se chamaba de nome Santa María". En la primera escala en Tenerife, mis padres decidieron comprarme un radio transistor, una verdadera joya en aquellos tiempos, mi compañero inseparable durante los cuatro años que vivimos en la pequeña ciudad de Trujillo en los Andes venezolanos. Capital del estado del mismo nombre, apenas llegaba a los 20.000 habitantes, y poco había que hacer aparte del trabajo por la noche que oír mi transistor, fuera Radio Suiza, Radio Neederland, La Voz del Cairo y Radio Praga, todas en español. Participé en varios concursos radiofónicos y gané varios premios. Aparte de eso me inicié en el mundo de la fotografía gracias a mi hermano Alejo, el cual tenía dos cámaras y laboratorio fotográfico".

"En 1964 nos trasladamos con mis padres a la ciudad de Barinas, donde abrimos una nueva tintorería. Ahí creció mi afición por la fotografía con exposiciones y certámenes donde gané varios premios con algo más de 20 años. Una ciudad grande, con mucho porvenir, con un fantastico Club Deportivo Español donde hice teatro y participaba en un programa semanal de radio, "La Voz Amiga del Club Deportivo Español". En el edificio que construimos con un amplio y moderno despacho con aire acondicionado, montaba mis exposiciones fotográficas, que eran muy halagadas por los clientes. Tambien empecé a escribir en algunas publicaciones de la ciudad, diarios y revistas, por lo cual me felicitaban mucho. Con 27 años me inicio en la arqueología debido a un cliente, que era el historiador de la ciudad y me invitó un fin de semana a conocer en la región selvática del estado unos petroglifos, pues necesitaba unas buenas fotos para ilustrar una publicación suya. Cuando vi esas muestras arqueológicas de extrañas figuras grabadas en roca en medio de un espesura impenetrable , cuando viví sobresaltos en otras expediciones posteriores, alguna vez por alguna serpiente venenosa, otra casi enterrado en arenas movedizas,... mi gusanillo saltó hilando a lo mejor con el recuerdo de mi encierro en el antiguo museo de Lugo y prendió la mecha de descubrir los secretos del pasado del ser humano".

"A los 29 años regreso de vacaciones a España, conozco a Isabel, una ourensana residente en Vigo, y en tres meses de noviazgo nos casamos. Después de una hermosa luna de miel embarcamos para Venezuela en Octubre de 1974, ya con mi esposa embarazada de nuestro primer hijo, Pablo Rubén. En Venezuela y once años mas tarde nacería Roberto, nuestro segundo hijo. Ya establecido en la ciudad de Barinas, mi fervor por la arqueología y la fotografía no desmaya, entro como miembro del Centro Arqueológico Kuayu de la ciudad, y cinco años más tarde sería su presidente. Durante esa etapa publiqué tres libros de arqueología y asistí como ponente a varios congresos internacionales en Italia, Bolivia, Colombia, Cuba, Portugal y España. Seguí publicando trabajos en la prensa local y revistas, entre ellas algunas internacionales como Geomundo de Miami. Durante varios años desarrollo con el Centro Arqueológico una amplia labor en pro de la arqueología del Estado, época en la que fui nombrado por el museo de la ciudad como Coordinador del Patrimonio Arqueológico del Estado Barinas. Regularmente daba conferencias en la ciudad y en otros lugares de Venezuela. En 1987 regreso con mi familia a España y en la ciudad de Vigo fijo mi residencia, sin olvidar Venezuela, a la cual viajo periódicamente. Ya en mi tierra natal conjuntamente con otros investigadores como Javier Costas y José Sanroman entre otros, me dedico a investigar sobre el arte rupestre galego-portugués. Fruto de este trabajo son numerosas publicaciones en los boletines de Los museos arqueológicos de A Coruña y Vigo, que culmina con la publicacion del libro en 1993 con Javier Costas Goberna " Los Grabados Rupestres de Galicia", como monografia del Museo Arqueolóxico de A Coruña.En 1990 publico también con Javier Costas y el Concello Municipal de Baiona: "Arte Rupestre de Baiona". Igualmente colaboro con varias revistas nacionales e internacionales, fui subdirector de la publicación "Arqueología sin Fronteras" de Madrid y director del Monográfico: "Arte Rupestre Mundial". Viajo por numerosos países de tres continentes, que relato en mi libro " Kuayu: Mis Experiencias en el Mundo Mágico de la Arqueología", editado en Madrid en 2005. Pocos años más tarde sale a la luz, como resultado de 25 años de investigación, la obra " Los Araguaco-Tainos, una Cultura Precolombina en las Islas Canarias", donde demuestro que antes de la llegada de Colón a América, grupos indígenas caribeños llegaron al archipiélago canario y se establecieron en las islas de La Gomera, Tenerife y Gran Canaria".

"Mis viajes y expediciones de investigación continúan por varios paises. En 1996, acompañado de mi hijo Pablo Junior, viajamos a los Estados Unidos siguiendo la huella de los celtas en América, junto a dos profesores de la Universidad de Texas: el arqueo-astrónomo Bill Rudersdorf y Michael Skupin, de la Cátedra de Lenguas Orientales de dicha universidad. En doce días recorrimos más de 5.000 kilómetros por seis estados del suroeste americano, viviendo curiosas anécdotas. Tuve el privilegio de dormir en la casa de la reconocida arqueóloga y senadora Gloria Farley, compañera de John F. Kennedy, justo en la habitación que dormía el asesinado expresidente cuando la visitaba en Heavery, Oklahoma. Con ella hicimos varias salidas de campo por dicho estado. En ese viaje fui nombrado Miembro de Honor de la Sociedad Epigráfica Norteamericana. Igualmente tuve interesantes experiencias en varios países americanos, quizá las más espectaculares en Colombia, donde estuvimos a punto de ser secuestrados por guerrilleros de las FARC visitando el sitio arqueólogico Tierradentro en la región del Huila, unas tumbas subterráneas decoradas con pinturas. También las aventuras que viví con una chamán en el Departamento de Neiva visitando unos hermosos petroglifos y donde Ana, esa chamán que nos acompañaba, recibió estando allí, según ella, y que yo pude observar asombrado, escritura automática y extraños dibujos de extraterrestres, llamados por ella Hermanos Espirituales. Fue una experiencia increíble y no creía lo que estaba viendo, cómo ella iba escribiendo y anotando los dibujos en un cuaderno a una velocidad pasmosa, como si estuviera en estado de trance".

"En enero de 2005 fallecía de un terrible enfermedad mi esposa Isabel, y fue ahí cuando mi vida dio otro vuelco al vender mi residencia en Vigo y trasladarme al Concello de O Rosal, donde vivo solo, entregado a la investigación y a escribir. En 2013 acompañado del buen amigo Fernando Magdalena me sumo al equipo de televisión de Cuarto Milenio a Venezuela, donde en tiempo record de 21 dias y 16 vuelos realizamos por varias partes del país siete programas para ese prestigioso espacio televisivo. En 2016 acompañado tambien de Magdalena realizamos otro viaje arqueológico por varios sitios de Centroamérica: Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, Honduras y Belize, donde recogí bastante material fotográfico de arqueología de esa región americana, que daré a conocer en futuras publicaciones. En los últimos años la magia del Perú me ha envuelto totalmente, por lo cual viajo regularmente a ese país, donde he descubierto restos arqueológicos muy importantes. Actualmente en equipo con otros investigadores internacionales estamos estudiando a nivel global lo que llamamos, "arqueología imposible", otro reto mas para hallar respuesta a numerosos restos arqueológicos de varias partes del planeta, a los que no se les encuentra explicación de cómo, por quién y para qué fueron realizados, pero esa es otra fase para la etapa final de mi vida".

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