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Galicia, el "nuevo mundo" de los fenicios

Investigadores gallegos y andaluces siguen las huellas de este pueblo, que visitó las costas gallegas del noroeste durante cinco siglos para intercambiar sus artesanias por oro y estaño

Castro de A Lanzada

Oro y estaño. Estos eran los materiales que los fenicios hallaron en Galicia y, para conseguirlos, los intercambiaban por sus objetos de artesanía. Escasamente conocida hasta hace relativamente pocos años -los primeros vestigios fueron hallado en los años 20 del siglo pasado, aunque no fue hasta los 70 cuandos se empezó a investigar científicamente- la presencia de este pueblo de comerciantes en nuestras costas se prolongó durante cinco siglos, desde el s. VI a el I a. de C., pero jamás llegaron a asentarse y a fundar una colonia en el actual territorio gallego (sí, posiblemente, en Portugal: Santa Olaia).

Durante ese periplo, sus barcos visitaron preferentemente las Rías Baixas, sin una periodicidad determinada. Pero cuando los antiguos galaicos oteaban a una embarcación fenicia cerca, lo celebraban, seguramente convencidos de que ofrecerles estaño y oro a cambo de sus cerámicas era todo un "buen negocio".

De profundizar en las huellas que los fenicios dejaron en Galicia, particularmente del comercio generado en el siglo I a. de C., se ocupa el denominado Proyecto Estrímnides, en el que participan investigadores de las universidades de Santiago y Sevilla, así como del Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA), que el pasado jueves celebraron una reunión de trabajo en el Museo do Mar de Vigo. Precisamente muy cerca de la ubicación de este museo, se encuentra uno de los enclaves estratégicos de la presencia fenicia en la comunidad autónoma, el yacimiento de Punta do Muiño do Vento en Alcabre, donde se hallaron restos de un altar púnico. Y es que una de las curiosidades de las relaciones comerciales entre entre los antiguos gallegos y los fenicios era que éstas tenían lugar en santuarios, una singular característica que, según el profesor de la Universidad de Sevilla, Eduardo Ferrer, se debe la existencia de un elemento religioso establecido a través de un "pacto de fidelidad" entre quienes efectuaban la transacción.

También en Vigo, existió otro enclave estratégico de estas relaciones, el castro de Toralla. Y, en general, en casi todos los castros de las Rías Baixas se han podido hallar, en mayor o menor medida, vestigios del contacto: A Lanzada (Sanxenxo), Monte O Facho (Cangas), Castro de Santa Trega (A Guarda), Castro das Torres do Oeste (Catoira), Monte do Castro (Ribadumia)....En la provincia de A Coruña, las pistas más importantes son las encontradas en el Castro Grande de O Neixón. También, en esa misma provincia, se especula con el origen fenicio del muelle de A Covaña (Aguiño), pero todavía no se ha podido probar la tesis científicamente.

Ruta de los Fenicios

La inclusión de Galicia en el estudio del comercio de los fenicios en la Península Ibérica dio un salto muy significativo hace dos años con la incorporación del Noroeste español a la Ruta de los Fenicios, un itinerario cultural reconocido por el Consejo de Europa que abarca 18 países y cuyo objetivo es poner en valor el patrimonio de las zonas por las que discurre y potenciarlas turísticamente.

Originarios de Oriente Próximo, en una franja que actualmente ocupan Líbano, Siria e Israel, los fenicios crearon grandes rutas marítimas que se convirtieron en el principal medio de comunicación en intercambio de víveres y cultura de todo el Mediterráneo. Pero sus conexiones no acabaron ahí, sino que enlazaron, además de Galicia, la Bretaña francesa y el sur de Gran Bretaña. Estos comerciantes natos utilizaban productos manufacturados que, por el sistema de trueque o, ya posteriormente, con moneda, intercamabiaban con los indígenas por materia prima.

Uno de los estudios más profundos sobre la relación entre Galicia y los fenicios es el trabajo titulado "Buscando a los púnicos en el Noroeste", elaborado pr Alfredo González Ruibal (Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento), Rafael Rodríguez Martínez (director del proyecto de excavaciones arqueológicas en A Lanzada) y el también arqueólogo Xurxo Ayán, uno de los mayores conocedores de la cultura castrexa. Estos investgadores prefieren utilizar el término "púnico" , "que no tiene nada que ver con los caratagineses", y aclaran que con tal palabra se es más riguroso a la hora de referirse al ámbito cultural fenicio de la segunda mitad del siglo VI a. de C. en adelante.

Es en este estudio donde se data el comienzo de las relaciones entre galaicos y fenicios en torno al siglo al siglo V a. de C. "Las comunidades que se encontraron los púnicos a su llegada al noroeste -describen- se hallaban en pleno proceso de transformación (transición entre la Primera y la Segunda Edad de Hierro en la zona)". A partir del siglo V a. de C., Galicia asiste a una explosión del comercio que se explica por la "reorganización de las comunidades fenicias del Estrecho de Gibraltar que había tenido lugar desde un siglo antes y las transformaciones económicas de la zona".

El lote material que procedía del Estrecho y llegaba a Galicia, según los hallazgos, lo componían sobre todo ánforas, cerámicas comunes de pasta blanca o amarillenta y textura jabonosa, y platos con el borde pintado, como los encontrados en A Lanzada.

Gallegos con cartagineses

Un aspecto llamativo que se resalta en este trabajo es la participación de los gallegos en la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago (aliada de los fenicios). La implicación de los galaicos como soldados al servicio de Cartago, aseguran, "demuestra hasta qué punto las interacciones entre las comunidades del noroeste y los navegantes púnicios habían creado estrechos lazos, más allá del comercio".

Con todo, la investigación de la presencia de los fenicios en Galicia es todavía un campo que está dando los primeros pasos, puestoque eldilema es: los objetos enconrtados, como los antes de citados, eran propios del comercio púnico, pero ¿hasta que punto reflejo de la cultura fenicia?. Queda mucho por descubrir en este ámbito, y eso es algo que admiten los expertos que participan en "Buscando a los púnicos en el noroeste".

"Existen elementos indirectos que nos hablan de la colonización fenicia peninsular, pero los artefactos claramente vinculables a estos navegantes foráneos durante la Primera Edad de Hierro son muy escasos y, con frecuencia, dudosos: se puede señalar un par de fragmentos de plato de engobe rojo y un posible fragmento de una Cruz del Negro procedentes de la "ciudad" de A Lanzada y un pie de trípode fuera de contexto del Castro Pequeno de Queixón. Es posible que nuevas excavaciones en castros antiguos del Norte de Portugal y la zona del Baixo Miño permitan arrojar luz sobre esta intrigante cuestión".

Sin embargo, lo que está claro a estas alturas es que "las intervenciones arqueológicas de los últimos años y la relectura de yacimientos ya conocidos ponen fuera de toda duda la importancia del comercio púnico con el noroeste de la Península Ibérica".

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