Lalín vivió el 24 de mayo un día histórico que empezó a tomar tal dimensión por la noche, a medida que se iban conociendo los resultados de las elecciones municipales. Cinco lustros después de que su padre dejase la Alcaldía de Lalín en manos de José Crespo Iglesias sería su hijo, Rafael Cuiña Aparicio, quien destronase contra pronóstico a su Partido Popular.

Al vástago del fallecido Xosé Cuiña Crespo lo votaron en su debut como candidato -al frente de Compromiso por Galicia (CxG)- uno de cada cuatro electores, es decir, 3.020 papeletas que se tradujeron en seis concejales, mientras que el PP, con sus 5.326 sufragios -apenas el 45%-, totalizó diez ediles y se quedó solo a uno de otorgar la séptima mayoría absoluta consecutiva a Crespo. Aunque fue la lista más respaldada, la unión de toda la oposición para investir a Cuiña le privó del bastón de mando.

El PSOE, a pesar de agudizar su sangría electoral de las últimas citas y obtener 1.725 votos (14,5%) y solo tres concejales, accedió por primera vez al poder local e incluso situó a su líder, Nicolás González Casares, como teniente de alcalde de su cuñado. Clave fue la irrupción de A Plataforma Aberta Cidadá (APAC), cuyos 770 votos (6,4%) dieron acta a su cabeza de lista, Lara Rodríguez Peña. La particular marea lalinense aventajó en 142 apoyos a un BNG relegado al quinto lugar (5,2%), que no entró inicialmente en el ejecutivo y cuyo candidato, Xosé Manuel López, acabaría dimitiendo en septiembre para dejar vía libre al exconcejal Francisco Vilariño -previa renuncia de los tres candidatos que le antecedían-, proclive a formar parte del gobierno. El tripartito inicial -entre cuyas primeras medidas están la peatonalización de calles, la recuperación del Paseo do Pontiñas o la compra del Párking Europa por 2,9 millones de euros- dejaría paso, ya en diciembre, a un cuatripartito. Al Partido Galeguista Demócrata, escindido en precampaña de CxG, no le bastarían sus 289 votos para reeditar el acta de Camilo Conde.

En Silleda, Manuel Cuiña no solo revalidó el mandato que había heredado de Paula Fernández Pena en su primera cita con las urnas como cabeza de cartel, sino que otorgó al PSOE su primera mayoría absoluta en Deza. Y todo a pesar de perder votos, igual que el PP de José Luis Espiño. Solo creció pírricamente el BNG, pero no lo suficiente para proporcionar compañía a Matías Rodríguez da Torre.

El Partito Popular conserva el poder en los otros siete concellos de la zona, dando mayoría absoluta por primera vez a Luis López en Rodeiro y revalidando las de Ramiro Varela en Agolada y el octogenario Adolfo Campos en Dozón. Lo mismo sucedió en Tabeirós-Montes, en donde José López, Belén Cachafeiro -debutante, tras haber relevado al finado David Raposeiras- y Silvestre José Balseiros consolidaron sus mandatos en A Estrada, Forcarei y Cerdedo.