El invierno es una de las estaciones en donde debemos prestarle más atención al vehículo que conducimos. No podemos olvidarnos que la condiciones climatológicas van a influir directamente en nuestra conducción y por ello, mas que nunca, debemos tener nuestro vehículo preparado para el mal tiempo.
Cierto es que la crisis ha hecho que nuestro parque automovilístico haya envejecido muy por encima de la media europea, pero no por ello debemos despreocuparnos de su estado. Un buen mantenimiento en nuestro vehículo implica que viajemos seguros, y eso es fundamental.
Debemos desterrar de nuestra mente la idea de que "como solamente conduzco en ciudad no hace falta que gaste tanto". Es evidente que las condiciones son totalmente diferentes, pero el fin es el mismo, la seguridad.
Ahora es cuando todos los especialistas nos dan mil y un consejos para hacer más cómoda y segura nuestra conducción. No los pasemos por alto, y detengámonos a leerlas y a pensar si nuestro vehículo se ajusta a esos parámetros de seguridad.
Como no puede ser de otra manera, lo primero que debemos revisar son nuestras escobillas y nuestro parabrisas. Es importante limpiar en profundidad el parabrisas y aplicarle un producto antivaho de los que hay en el mercado por muy poco precio. En una zona con tanto humedad como la nuestra lo agradeceremos en esos días de lluvia persistente e incesante. Esta acción deberíamos complementarla con un tratamiento repelente del agua que nos ayudaría las famosas ciclogénesis que tan habituales comienzan a ser. Las escobillas del limpia deberemos cambiarlas cada vez que los efectos comiencen a fallar o notemos marcas en el parabrisas.
Los neumáticos son otro punto de obligada revisión. No los exprimamos hasta que se vean los alambres. Pensemos que son el único contacto que tenemos con el suelo, por lo que en el momento que lleguemos a la marca en la rodadura deberemos proceder a su sustitución. Con agua, un neumático en malas condiciones no será capaz de absorber el agua y las probabilidades de un siniestro se incrementan de forma alarmante. Además de mantenerse en un buen estado, deben tener la presión correcta, ni más ni menos. Si llevamos presión de más perderemos adherencia, y si no tienen la suficiente presión el aquaplaning comienza a menos velocidad.
Si viajamos, es muy importante llevar suficiente combustible en el depósito por si nos quedamos aislados y necesitamos tener el vehículo al ralentí para mantener la calefacción en funcionamiento y no quedarnos helados dentro del vehículo.
Los vehículos más modernos vienen todos equipados con los últimos sistemas de seguridad, léase ESP, por lo que es clave no desconectarlo para que el sistema nos ayude en esos momentos complicados que nos pueden surgir en la carretera.
Hay mil y un consejos para conducir en invierno, pero posiblemente el más importante no sea otro que el de mantener el vehículo en perfectas condiciones. Siempre hay que tenerlo, pero el invierno nos exige un esfuerzo extra ante las durezas que vamos encontrar en las carreteras.
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