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Tradición ciclista

La escuela municipal que gestiona el Club Ciclista Vigués cuenta con cincuenta alumnos de todas las edades y aspira a crecer todavía más

La pista de rodadura existente en el complejo deportivo de As Travesas acoge desde hace varios años una tradición. El Club Ciclista Vigués, uno de los más emblemáticos de Galicia, descubre allí nuevos talentos para sus equipos. En ese lugar está instalada una escuela que en la actualidad cuenta con cincuenta participantes repartidos en varios turnos. Con el trabajo de María José Prado Villar, que se ocupa de la dirección y también de establecer el orden y la disciplina, los alumnos de todas las edades comienzan a dar sus primeras pealadas.

Asistir a una clase se convierte en algo excepcional. "No es una competición", avisa de repente la entrenadora. La filosofía es disfrutar de la bicicleta, conocer sus secretos y saber manejarse en la misma con autoridad y seguridad. Son elementos básicos aplicados desde hace mucho tiempo y que han dado buenos resultados.

María José Prado Villar desvela que "los jóvenes vienen a aprender. Y se les nota. Aunque pueda parecer lo contrario, no es un deporte rutinario. Tratamos de hacerlo divertido". Pero durante la clase, de casi dos horas de duración, existen momentos para la relajación. La entrenadora insiste en que "aplicamos conceptos básicos, pero que son fundamentales para el futuro. Aprender es necesario y los alumnos lo saben. No se trata de correr a lo loco".

Jornadas intensas para descubrir el talento

  • Un sábado por la mañana es un buen momento para presenciar un clase de ciclismo. Se dan las instrucciones, se reparten los espacios, se colocan los elementos necesarios y después se desarrolla un programa ya establecido previamente por los entrenadores. Todo planificado con cuidado. "Cuidamos a los ciclistas. Sabemos que muchos de ellos pueden pasar a formar parte de nuestro club y eso es muy importante", afirma María José Prado Villar.La escuela se ha convertido en un vivero para de la emblemática entidad viguesa. Es, dicen sus responsables, una forma de promocionar el ciclismo de otra manera, con la práctica. Poca teoría. Ese método ha funcionado durante muchos años, aunque en algunas épocas no han tenido muchos alumnos. La escuela atravesó por algunos procesos de crisis, pero ha mejorado en los últimos tiempos. El número de alumnos ha crecido. María José Prado reconoce que "son etapas. Algunas veces el ciclismo es muy popular y en otras no tanto".

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