Asia, África, América, Europa. Sean expediciones al desierto o viajes a las urbes occidentales, Sergio Portela lleva siempre a cuestas su cámara de fotos. De sus experiencias a lo largo del mundo ha seleccionado una serie de imágenes -ya exhibidas en sendas exposiciones en el Museo de Pontevedra y el Centro Cultural Marcos Varcárcel de Ourense- que se pueden contemplar hasta el 2 de julio en la galería Soho (Praza de Compostela, 8).
Un día antes de la clausura, ofrecerá además una charla en la que hablará sobre lo que es para él el viaje, sea en solitario, con amigos u organizado, y lo que significa llevar una cámara a cuestas. "Es una manera de captar la realidad. Aunque también puede ser un tremendo incordio, ya que tienes que cargar con cinco o seis kilos a todas partes sin quitarle la vista de encima", afirma.
Interesado por todo aquello que le llama la atención a primera vista desde un punto de vista intuitivo, Portela declara, sin embargo, que es necesario un trabajo reflexivo. "Tenemos que preguntarnos qué es lo que nos interesa de lo que estamos viendo".
Portela recuerda también los cambios que ha experimentado la fotografía en los últimos veinte años. "Antes era un proceso químico, artesanal y artístico totalmente y hoy prácticamente casi cualquiera hace una fotografía. Otra cosa es hacer una de calidad, que es muy distinto, aunque sí es cierto que todos tenemos un bagaje audiovisual que no lo tenían hace cincuenta años", apunta, al tiempo que echa la vista atrás, a los tiempos en los que, al volver de un viaje, entraba en el laboratorio y salía a los dos días, "después de revelar, positivar, buscar aquellas fotografías que pudieran resultar interesantes... Era una cosa muy apasionante".
Pintor, escultor, arquitecto y fotógrafo, Portela entiende todas estas disciplinas como muy diferentes entre sí "pero unidas por el proceso creativo". Un proceso que el artista extiende a otras facetas de su vida. "Una de las cosas que más me gusta es hacer jardines. De hecho, todo mi tiempo libre lo dedico a eso y a estar con mis perros. Es parte también del proceso creativo y de entender la naturaleza. Porque cuando ves un jardín, ahí está todo, todas las formas habidas y por haber", afirma.
