"Le han quemado la lengua, la cabeza y los ojos, donde cada dos horas estamos echándole gotas. Está todavía tiritando". Así se expresa Sergio, que, junto a su pareja, ha denunciado ante la Benemérita el ataque que sufrió su perra, de dos años y llamada Cira, en su propia casa, situada en la urbanización Montepinar de la localidad de El Esparragal, en Murcia.

Tal y como sostiene Sergio, y consta en la denuncia, alguien, a través de la valla del recinto de su vivienda, roció "con algún tipo de líquido corrosivo" a Cira, y le causó lesiones de las que la pareja se percató al llegar a su domicilio.

Los dueños de Cira la llevaron al veterinario de urgencia. La perrita, de raza Pinscher, tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Posteriormente, la pareja acudió al puesto de la Guardia Civil de Cabezo de Torres, a poner la denuncia. El Instituto Armado se ha hecho cargo del caso, aunque, según indica Sergio, de momento no tienen noticias.

Aunque nadie en el vecindario parece haber visto qué pasó con Cira ("y la nuestra es una zona en la que no hay cámaras", especifica Sergio), los dueños del animal comentan que en la urbanización algunas personas manifiestan tener problemas con la presencia de perros. La investigación sigue en marcha. El responsable, por la nueva legislación, se enfrentaría a un delito de maltrato animal.

Los casos de maltrato animal siguen a la orden del día en la Región de Murcia. Los últimos han sido denunciados por la Asociación de Defensa Animal PAES y afectan a varios animales, desde ponis hasta perros, corderos, ovejas, gatos, cerdos y gallos.

España encabeza la vergonzante lista de paises europeos donde más casos de maltrato animal se producen, mientras que en Murcia la vejación contra estos "seres sintientes" aumenta. Por eso, desde el Colegio Oficial de Veterinarios de Murcia se reclama una ley estatal que acabe con la diversidad de legislaciones autonómicas, e incluso municipales allí donde no hay ninguna regional, como es el caso de Murcia.

Este mismo mes de octubre, un hombre de 51 años admitía que se ensañó a puñaladas con un perro (11, según el dueño del can), de nombre Zarpas, allá por noviembre de 2015. Lo reconoció en la Ciudad de la Justicia, donde estaba citado como acusado en un juicio que, al haber conformidad, finalmente no se celebró.

Según explicó el abogado de la acusación a este periódico, el sospechoso admitió los hechos, con lo cual pactó una rebaja de pena.

En concreto, informó el letrado, se conformó con un año y siete meses de prisión. Al carecer de antecedentes penales, no pisará la cárcel. Asimismo, el ya condenado abonará una indemnización de 9.000 euros: 7.000 para la aseguradora y otros 2.000 para los dueños de Zarpas. Lo hará en concepto de responsabilidad civil, especificó el abogado.

Zarpas, el perro agredido, sobrevivió a las heridas y ya era un héroe de cuatro patas antes de este incidente: participó en la búsqueda de víctimas bajo los escombros en los terribles seísmos que sacudieron Lorca en el año 2011.