I. estuvo entre la vida y la muerte con solo 10 meses. La madre del menor y su entonces pareja se sentaron ayer en la Audiencia de Ourense acusados de los presuntos delitos de tentativa de asesinato, lesiones y malos tratos en el ámbito familiar.

El Ministerio Público culpa a la madre de "no hacer nada" para impedir las palizas. Los acusados niegan culpa. El joven asegura que "jamás" agredió al menor. "Nunca le puse la mano encima", subrayó. La madre, que no sospechó que su pareja pudiera ser violento con su hijo. "Yo no fui, tuvo que ser él, pero yo no lo vi porque si no, no lo hubiera consentido. Me hubiera ido de casa", afirmó la progenitora.

Los acusados no aclaran el origen de las graves lesiones que casi cuestan la vida al menor. La mañana que ingresó, según el acusado, vio al niño boca abajo en la cuna, con dificultad para respirar. Al ver que "le faltaba el oxígeno", lo incorporó y le realizó una maniobra de reanimación. Por su parte, una doctora que acudió como testigo descartó que las lesiones pudiesen deberse al resultado de las maniobras para evitar una muerte súbita. "El ingreso está motivado por fractura y hemorragia craneal ocurridas en principio horas antes", afirmó.

También reiteró el acusado que al llegar a urgencias con el bebé dio un frenazo brusco en la entrada del hospital y que madre y pequeño chocaron contra el asiento delantero y que el niño se golpeó en su regazo y también con la puerta al introducirse en su coche. En el hospital detectaron lesiones muy graves en el cráneo y fracturas de más antigüedad.