Siete años de cárcel como autor de un delito de robo con violencia, intimidación y uso de arma en grado de tentativa, así como otro de lesiones. Es la pena impuesta por el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo a J.G.V. -atracador reincidente con más condenas en su historial- por asaltar una farmacia en Vigo, donde finalmente no logró botín alguno, y herir a una empleada. La juez le impone las circunstancias agravantes de reincidencia y disfraz.

Ocurrió a la una de la tarde del 12 de noviembre de 2015. El ladrón entró en una farmacia del barrio de O Calvario armado con una navaja y tapándose la cara con una capucha para dificultar su identificación. "Dame el dinero, abrir la caja", gritó.

Según se relata en la sentencia, el hombre esgrimió el arma contra el dueño de la botica, exigiéndole el dinero, momento en el que una empleada del establecimiento trató de despistarlo para alejarlo de su jefe. Así, la mujer lo agarró por el antebrazo para que no lo pinchara, pero el acusado echó la navaja hacia atrás, cortando en la palma de la mano a la trabajadora, sufriendo ésta una herida que precisó puntos de sutura. La perjudicada no reclamó por las lesiones.

En el juicio el acusado negó la autoría de los hechos y que hubiese estado en la botica. Pero el ADN, refiere el fallo, fue clave para desmontar su versión. Aunque el ladrón huyó de la farmacia, dejó allí la navaja. En el análisis de este arma se hallaron restos biológicos que "dieron un perfil coincidente con el perfil genético del acusado". Algo que, concluye la juez, no es un simple indicio, sino una "prueba directa".