Una red criminal de estafadores chinos -la Policía detuvo al menos a 238 ciudadanos en España- llegó a embolsarse 16 millones de euros a través de timos telefónicos a compatriotas humildes que residían en China, a los que hacían pensar que estaban siendo investigados por las autoridades de su país.

Una gran estafa, en palabras de los responsables policiales, que calificaron la operación, denominada Wall (muro en inglés), como la más importante desarrollada entre la Policía española y la china.