Los sospechosos de los dos últimos crímenes violentos cometidos en Vigo comparten módulo y custodia policial en la unidad de Psiquiatría del hospital Álvaro Cunqueiro para optimizar recursos. Alberto V.G., de 62 años y sospechoso de tirar a su mujer por la venta del domicilio que compartían en O Calvario tras una trifulca el pasado 28 de octubre, y Ramón M.C., de 27 años, que confesó haber matado a puñaladas a su madre el pasado domingo al parecer en un posible brote psicótico, permanecen ingresados desde entonces en el centro sanitario ya que no se encontraban en condiciones de declarar. Ninguno de ellos está detenido, si bien se les custodia a la espera de que los médicos les den el alta para ponerlos a disposición judicial.

En el caso del joven de 27 años la magistrada de Instrucción 3, que dirige la investigación, ha ratificado su "internamiento no voluntario", según confirmó ayer el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. La juez Marisol López se encuentra también a la espera del informe provisional de la autopsia practicada a María Inmaculada Cendón, de 57 años y madre de Ramón R.C. que la habría sorprendido en el salón de su casa y le asestó por sorpresa una decena de puñaladas con un cuchillo jamonero que los agentes recuperaron en el lugar del crimen.

Tras el suceso Ramón M.C. acudió a casa de una vecina a confesar el homicidio y manifestó también a la policía que había matado al "demonio". Los médicos y efectivos sanitarios que acudieron al piso familiar de la calle Zamora nada pudieron hacer por salvar la vida a la víctima. En principio no hay informes médicos de que el joven se encontrara a tratamiento psiquiátrico, ni en la vivienda que compartía con su madre se encontraron medicamentos, si bien en 2005 su madre le denunció por malos tratos. Ramón tenía 17 años por lo que la denuncia pasó a la Fiscalía de Menores. Los problemas familiares eran repetitivos. Su hijo mayor tuvo también dos órdenes de alejamiento hacia su madre, si bien ya no están en vigor. Las peleas entre ambos hermanos también llegaron a los juzgados y la juez impuso al mayor una orden de alejamiento del pequeño.

El caso de Alberto V.G. lo lleva el Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Aunque el hombre negó a la Policía haber empujado a su esposa por la ventana, la habitación aparecía revuelta con objetos por el suelo y los vecinos oyeron una fuerte disputa antes de que María José Rodrigues se precipitara por la ventana del tercer piso. De momento sigue a la espera de que los médicos decidan si puede pasar a disposición judicial.