Caso Abierto - Faro de Vigo

Caso Abierto - Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Yo no mato madres, pero sé quien lo hace", le dijo el intermediario al supuesto inductor

Elisardo Alonso Vecoña tenía 32 años cuando fue detenido en Caracas por encargar el asesinato de su madre, Sesita Vecoña, de 62 años de edad. El primer contacto en busca de sicarios, según la investigación, se vio frustrado porque la persona a a que se lo propuso le replicó con un "yo no mato madres", aunque sabía quien lo hacía y le presentó a quienes podían hacerlo en un rancho marginal de Caracas.

El hijo mayor de la empresaria gallega, detenido como inductor intelectual del crimen, iba a a pagar al intermediario y los dos sicarios 50 millones de bolívares fuertes (10.000 euros), que abonaría a plazos. Unos plazos que según la Policía no cumplió porque tenía sus cuentas congeladas y le valieron numerosas amenazas, llegando a pedir dinero a sus propios hermanos a quienes habría confesado la autoría intelectual del atroz asesinato.

En sus declaraciones policiales el hijo de Sesita Vecoña habría admitido su relación con los sicarios, que le identificaron, pero al parecer aseguró que él solo quería que dieran "un susto" a su hermano, a quien recriminaba que solo veía el fruto del trabajo de los demás, sin aportar dinero, por lo que indicó que tenían problemas entre ellos. Por eso facilitó el número de la habitación 52 a los sicarios, porque creía que quien dormía allí aquella noche era su hermano y no su madre. Los dos sicarios,, aseguró, se limitaron a cumplir su misión: matar a la persona que dormía allí.

Compartir el artículo

stats