Una posible denuncia falsa llevó a prisión a dos hombres acusados de intento de rapto y abusos sexuales a una menor en plena calle de Pontecesures el pasado 24 de agosto. Francisco D.A., de 44 años y vecino de Pontecesures, y Secundino T.Ch., de 54 y residente en Padrón, fueron detenidos poco después de la denuncia, un suceso que despertó gran alarma en el Ullán. La juez de Caldas de Reis los envió a prisión, sin posibilidad de fianza, dos días después. Tras cinco días en la cárcel de A Lama eran puestos en libertad por la juez, como adelantó FARO DE VIGO.

La investigación vivió ayer un nuevo capítulo, que da un vuelco a las acusaciones iniciales, con la detención de Laura E.F., madre de la niña, por la Guardia Civil que le imputa una presunta simulación de delito. Los investigadores tienen claro que no existió ni un intento de rapto ni de abusos sexuales a la menor, sino una denuncia falsa que habría instigado su propia madre.

Así, se sospecha que la mujer influyó en su hija de 10 años para que denunciara haber sido víctima de un intento de retención ilegal y de abusos sexuales por los dos detenidos.

Las manifestaciones de la niña, sin embargo, llevaron a los agentes y al Juzgado de Caldas a profundizar en lo ocurrido pues se detectaron algunas incongruencias. Los agentes fueron localizando testigos que aquel día estaban en el lugar de los hechos y sus declaraciones permitieron poner en duda la versión que había dado la madre de la pequeña, además de obtener pruebas de la falsedad del relato de hechos denunciado.

Además, la propia detenida habría reconocido que todo era falso en varios mensajes que envió a algunos testigos, a los que pretendía obligar a declarar en el juzgado de acuerdo a su propia versión. Las escuchas telefónicas de los investigadores, con autorización judicial, resultaron claves para el arresto de Laura R.. imputada por presunta simulación de delito y denuncia falsa, que tuvo graves consecuencias ya que llevó a prisión a dos hombres a sabiendas de que eran inocentes. Ambos tenían antecedentes por otros delitos y, al parecer, ni se conocían entre sí. Sólo habían coincidido en la calle con la pequeña, a la que tal vez dijeron algo. Cuando la niña se puso a chillar y varios vecinos se asomaron, ambos huyeron.

Los hechos se remontan al 24 de agosto, domingo. La niña estaba con sus padres en una cafetería y se dirigió al coche familiar en la céntrica calle San Luis, a buscar una chaqueta. Los gritos de la niña causaron un gran revuelo en la zona. Los dos hombres huyeron pero la denuncia presentada ante la Guardia Civil relataba que habían intentado raptarla, pues en dos ocasiones intentaron cogerla, que sufrió tocamientos pero que logró escaparse mientras gritaba pidiendo ayuda.

Ya en aquel momento la Guardia Civil pedía cautela y advertía de que se trataba de un asunto muy complejo a tenor de las contradicciones de la familia y los testigos.