Tres personas acusadas de introducir heroína desde Portugal han sido condenados por la Audiencia Provincial de Pontevedra a penas que suman 27 años de prisión, según el contenido de la sentencia divulgado ayer. La Audiencia, que celebró una vista oral en marzo pasado, considera que los tres acusados --José González Rolán, su sobrino Roberto González Domínguez, ambos naturales de Tomiño, y el portugués Manuel Jorge Da Silva-- integraban un grupo dedicado a introducir heroína y otras drogas en España desde Portugal.

Según la sentencia, el grupo utilizaba el negocio de compraventa de coches que poseía el primero de los citados en la localidad pontevedresa de A Guarda, por lo que éste ha sido condenado a 10 años de prisión, ocho por tráfico de drogas y dos por pertenencia a un grupo criminal.

La sentencia condena además a once años de cárcel por los mismos delitos a Da Silva, considerado como el enlace con proveedores en Portugal. El otro acusado recibe una pena de ocho años (seis por tráfico y uno por pertenecer a un grupo criminal) y no logró la petición de atenuante al alegar que era drogadicto. Los tres deberán pagar además, en concepto de multa, 354.600 euros cada uno.

La sentencia subraya que en el arcón en la casa familiar fueron hallados 20 kilogramos de heroína y subraya la existencia de varias conversaciones mensajes telefónicos registrados aludiendo a términos relacionados con el negocio de los coches para referirse a la mercancía ilegal. La defensa no logró convencer a los magistrados de que los pinchazos telefónicos tenían una base ilegal, pues estos se iniciaron a raíz de informaciones de la policía portuguesa.

La Fiscalía reclamó penas más elevadas por considerar que se trataba de una organización criminal, una categoría más grave dentro del Código Penal que la sentencia no ve suficientemente avalada. En todo caso, la sentencia declara probado que los tres ahora condenados "formaban un grupo organizado dedicado al tráfico ilícito de sustancias estupefacientes --principalmente heroína y cocaína-- en el sur de la provincia de Pontevedra y el Norte de Portugal, para lo cual contaban con diversos medios específicos para el tráfico de drogas y un reparto de funciones o cometidos". En su escrito inicial de acusación el fiscal antidroga, Luis Uriarte, situaba al frente de la organización a José González Rolán, "Pepe Pallana", propietario de un concesionario de coches en A Guarda y que cuenta con antecedentes penales, algunos por narcotráfico.

El ciudadano luso, según la acusación fiscal, se encargaba de contactar con los clientes y cerrar los acuerdos para la venta de la droga, por lo que se enfrentaba a una petición de doce años. Finalmente, acusaba al sobrino de "Pepe Pallana de entregar los paquetes de heroína que le entregaba su tío. Uriarte propuso en su día una calificación alternativa por si el tribunal entiende que no formaban una organización delictiva, y solicitaba 9 años para Pallana y Da Silva y 8 para González Domínguez. El fiscal destaca que la red "desplegaba estrictas y complejas medidas de seguridad". Según sus escrito inicial, utilizaban más de 66 líneas de teléfonos, 18 coches y compartimentos estancos en los vehículos.