Un pontevedrés de 37 años de edad, Julio Manuel Garrido Casás, reconoció ayer haber actuado como "mula" para traer oculto un kilo y 156 gramos de cocaína en el interior de su organismo por vía aérea desde Punta Cana, droga que supuestamente, según el fiscal, debería entregar a los organizadores del viaje en Pontevedra. Julio Manuel Garrido reconoció su parte de los hechos, pero se negó a contestar a algunas de las preguntas que le realizó el fiscal antidroga, Luis Uriarte, especialmente aquellas que pudieran ser más comprometedoras para sus compañeros de banquillo: "Cada uno tiene que responder por lo que hizo y yo me preocupo por lo mío", dijo al término de su declaración.

Julio Manuel Garrido confesó que accedió a convertirse en "mula" para traer droga en el interior de su organismo desde la República Dominicana por unos 7.000 euros. Reconoció que quiso llevar a su hijo de 11 años con él en este viaje quizá para pasar más desapercibido en los controles aeroportuarios: "sí, pero también porque quería estar con él", añadió. "No sé qué fue lo que me pasó por la cabeza para llevarlo, me arrepiento de todo, pero de eso es de lo que más", manifestó al tribunal.

Los otros tres compañeros de banquillo de Julio Manuel se negaron a declarar. Se trata de un marinense de 38 años, Eugenio García Hernández, a quien el fiscal acusa de ser la persona que disponía del contacto en España de los narcotraficantes dominicanos que entregarían a la "mula" la droga en el Caribe. El segundo es un pontevedrés de 36 años, Juan Manuel Carballo Piñeiro, que, según el fiscal, sería el encargado de buscar a los candidatos para hacer de "mulas" en estos viajes transoceánicos.

El tercer inquilino del banquillo de los acusados es un ciudadano de la República Dominicana, Daniel Jiménez López, a quien Uriarte sitúa como el enlace de los dominicanos en Madrid y el contacto que tenía el marinense Eugenio García para planificar los envíos de droga. La "mula" llegó a reconocer que el contacto dominicano en Madrid se llamaba Daniel. Los tres se negaron a comentar las escuchas telefónicas cuya audición solicitó el fiscal antidroga y en las que supuestamente participan los cuatro acusados realizando los preparativos del transporte de la droga. La Guardia Civil identificó a los cuatro acusados como los interlocutores en conversaciones en las que planifican el viaje al señalar, por ejemplo "que tengo a dos chavales y experimentados" para actuar como mulas para transportar la droga, o hablando de cantidades de dinero a aportar para el posterior reparto de la cocaína cuando llegase a España. El fiscal mantuvo su petición de cinco años y 3 meses de prisión. Los abogados de la defensa pidieron la nulidad de las escuchas.