Cuatro años y medio de prisión para cada uno por un robo con violencia. Esta es la condena que pide el fiscal para José M.N. y Carolina A. acusados del atraco a punta de cuchillo que sufrió el recepcionista del hotel Inffinit, situado en el centro de Vigo, la noche del 2 al 3 de enero. Las cámaras de vigilancia recogieron la entrada del hombre, que llevaba el rostro cubierto, y como una mujer le esperaba en la puerta posiblemente realizando labores de vigilancia. El ladrón consiguió un botín de 478 euros y huyó.

La Policía Nacional, apenas dos horas después, encontró en el callejón de Los Caños -colindante al hotel-, varias prendas de ropa iguales a las que vestía el atracador según la descripción de la víctima y un cuchillo. El ADN de la cazadora, la bufanda y un gorro llevó a los dos acusados, que son pareja.

Ambos, drogodependientes desde la infancia, negaron cualquier relación con el atraco, aunque la mujer admitió en la vista oral que las prendas de ropa eran suyas, pero que las abandonaron aquella tarde en el callejón a donde acudían a pincharse, y que otra pareja las habría cogido para perpetrar el asalto.

El fiscal considera que su versión exculpatoria carece de credibilidad, pues fue modificando su declaración en función de las pruebas que iba teniendo la Policía. Así, inicialmente negó tener nada que ver con las prendas halladas en el callejón, pero cuando supo que el ADN los identificaba admitió que eran de ella cuando, según el fiscal, "serán del acusado por su tamaño y su uso". También negó en la instrucción conocer el hotel asaltado, aunque en el juicio reconoció que vivían muy cerca.

Su compañero, al contrario, mantuvo durante la vista oral que no reconocía la ropa.

La abogada defensora de ambos solicitó su absolución al considerar que no hay pruebas de que José M.N. y Carolina A. sean los autores del atraco. En el caso de que la sentencia vaya a ser condenatoria, pidió que se aplique la eximente o atenuante de toxicomanía a ambos. Expuso que el acusado comenzó a consumir cocaína y heroína con apenas 10 años, y que su compañera lo hizo a los 13 años. Ambos rondan en la actualidad los 40 años por lo que, aseguró, tienen mermadas sus facultades volitivas. Los dos están prisión y tienen antecedentes aunque no computables en esta causa.