Desesperación o venganza. La separación forzosa de su familia a la que se vio obligado el hombre que ayer disparó a su mujer y la mayor de sus hijas le dejó sumido en el abatimiento y se le veía amargado, según explicó ayer uno de los vecinos que mantenía un trato más habitual con él. Durante su ya larga estancia en España, este marroquí había trabajado en la pesca y en la construcción,pero en la actualidad se encontraba en el paro. La familia es conocida en el barrio y el hombre tiene fama de trabajador,aunque las cosas comenzaron a torcerse hace tres meses, momento en el que el marido cometió una agresión contra su mujer,a la que golpeó.Después de haber sido detenido, no trató de negar los hechos ante sus amistades, a las que comentó que había "perdido los papeles".