Miguel B.F., gerente y propietario de una empresa de Vilagarcía de Arousa que se dedica a la fabricación de remolques, ha sido imputado en una operación contra la falsificación de documentos de caravanas y remolques desarrollada por la Guardia Civil de Pontevedra y por un delito de tenencia ilegal de armas, pues en el registro domiciliario se intervinieron varias armas de fuego para las que carecía de licencia.

En los últimos meses se detectaron en distintas provincias remolques con masas superiores a los 2.500 kilogramos, que es el máximo permitido al fabricante vilagarciano, pues sólo posee una homologación para remolques pesados, la D-1937, y caravanas "de la misma marca, pese a que el imputado no cuenta con la autorización pertinente para construir este tipo de vehículos". Tras la investigación, encontraron indicios para imputar a Miguel B.F. como presunto autor de los delitos de falsedad documental, estafa, tenencia ilícita de armas y contra la propiedad industrial.

En el marco de esta operación, que tenía su epicentro en el taller de Vilagarcía del empresario imputado, se han visto implicadas otras siete personas. Se trata de vecinos de localidades tan dispares como A Estrada, Barro, Meis, Pontevedra o Alicante. Todos ellos están imputados como supuestos colaboradores en un delito de falsedad documental.

Además, la Guardia Civil intervino 11 caravanas y 32 remolques que estaban en circulación pese a ser supuestamente ilegales. En el caso de las caravanas–vivienda, fueron intervenidas todas ellas dentro de la provincia de Pontevedra. Se trata, según la Guardia Civil, de vehículos de diferentes marcas y con bastidor original. Sus propietarios carecían de la documentación pertinente, en algunos casos porque los vehículos eran robados. Por ello, los dueños de las caravanas le pedían al empresario de Vilagarcía que les expidiese una ficha técnica, o bien se la cedían a él para, una vez documentado el vehículo, vendérselo a una tercera persona, ajena a la presunta estafa.

"El empresario troquelaría un bastidor nuevo, para hacer pasar el vehículo como de fabricación propia, emitiendo la ficha técnica con su nombre comercial y una contraseña de las que tenía autorizadas", explican los agentes. Lo que intentaría, según esta tesis, era hacer pasar por suyas caravanas de otras marcas. Pero él ni siquiera tenía permiso para montar esos vehículos.

En el caso de los remolques, la Guardia Civil entiende que el empresario de Vilagarcía fabricó y expidió fichas técnicas para remolques de un peso superior a 2.500 kilos. También le imputan que expedía fichas para documentar remolques que él no había construido. Parece ser que en, algunos casos, los fabricaba de modo artesanal el cliente y que se trataba de "atracciones de feria cuyas condiciones técnicas no se adaptaban a las exigidas por el Reglamento General de Vehículos".