Unos supuestos abusos sexuales a una menor que podrían quedar impunes. Un septuagenario vigués se enfrenta a tres años y medio de cárcel acusado de agredir sexualmente en diversas ocasiones a la hija de una amiga suya: la sometió presuntamente a tocamientos, se masturbó ante ella, la habría insultado y amedrentado y llegó a hacerle fotos desnuda. Unos hechos que, sin embargo, podrían haber prescrito, ya que la víctima presentó la denuncia unos cinco años después de los presuntos abusos, justo en el límite legal establecido: pese a llegar a probarse el delito en el juicio, si el último abuso se hubiese producido antes de estos cinco años, el acusado tendría que ser absuelto.

La vista se celebrará el próximo 25 de noviembre en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo y la posible prescripción de los hechos –ya alegada por la defensa de C.S.S.– será una de las cuestiones claves en el juicio. Pero por el momento, la Fiscalía lo acusa de un delito de agresión sexual y, además de la pena de cárcel, demanda que indemnice a la menor con 12.000 euros por los perjuicios morales causados.

Los hechos ocurrieron hace ya once años. La supuesta víctima, entonces de 11 años, se fue a vivir con su madre y su hermano a la parroquia de Sampaio: el padre trabajaba como marinero y pasaba largas temporadas embarcado. Entre la progenitora de los menores y el acusado, que residía en la zona, comenzó a fraguarse una amistad, hasta el punto de que el hombre en muchas ocasiones se ocupaba del cuidado y manutención de los pequeños.

En este contexto, según la fiscal, comenzaron los abusos. La primera vez, C.S.S. se habría masturbado ante la menor, que chilló y pidió socorro, por lo que él cerró la puerta con llave. Otro día le hizo supuestamente fotos desnuda y amenazó con enseñárselas a los vecinos; cuando la niña las tuvo en su poder las rompió y él, al parecer, le propinó un bofetón, la agarró por las muñecas y le dio un beso, por lo que ella le escupió. Los abusos e insultos seguirían durante un año y medio. Poco después, la relación entre este hombre y la madre de la niña se enturbiaba ya que ésta se mostraba recelosa de la atención que él dispensaba a sus hijos. Además, la familia se acabó mudando. La menor no le contó lo sucedido a su madre hasta que cumplió los 16 años. En la actualidad ya es mayor de edad.