La joven de Cangas, Carmela Refojos Chapela, de 24 años, se salvó ayer de morir aplastada cuando se encontraba con un grupo de amigas disfrutando de la Romaría de Darbo y cayó sobre ella un gran dintel y la cruz de piedra de una de las puertas del cementerio nuevo. Las piezas se desprendieron por culpa de un camión de los feriantes que enganchó el tendido eléctrico enredado en las piedras. El suceso ocurrió alrededor de las 4,30 de la madrugada con el atrio todavía lleno de gente. La joven se encontraba en el chiringuito de unas amigas, una de las cuales, Alice V., también resultó herida con un corte en la frente por el que recibió varios puntos. Carmela Refojos ingresó en el Hospital Fátima de Vigo y fue sometida a una intervención porque tenía la cadera dislocada, asegura la propia afectada. "Sólo quería que me quitaran la piedra de encima porque no soportaba el dolor", señala la joven desde el hospital,