El hijo del matrimonio asesinado en la localidad ourensana de Taboadela declaró en el juzgado “no recordar” donde estaba ni que hizo el sábado pasado, día en que el según la autopsia practicada a los cuerpos de sus padres ocurrió el doble crimen. Estas manifestaciones fueron formuladas dos días después del doble crimen, el lunes, ante el juez instructor del caso de un brigadista de Xinzo de Limia, amigo del joven, al que presuntamente amenazó de muerte y maniató y amordazó con cinta adhesiva,

J.M.M.C. todavía no ha declarado por la muerte de sus padres, pese a ser el principal sospechoso, ya que se encuentra ingresado en un centro psiquiátrico, sí contestó a esta pregunta que le había formulado el juez que investiga la presunta retención y amenazas a su compañero de la brigada forestas.

El joven relató en el juzgado que había intentando en varias ocasiones suicidarse y que le había pedido una pistola a su amigo Daniel, el que precisamente lo denunció por amenazas, para llevar a cabo dicho fin. Explicó que había ingerido 25 pastillas para acabar con su vida pero que “no fueron suficientes” y que precisamente fue Daniel, con que el que mantiene una íntima amistad quien lo había llevado a Urgencias.

José Miguel indicó que se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico desde septiembre del año pasado, después de que se separara de su mujer, motivo por el cual “fui a peor” y le diagnosticaron depresión.

En relación a lo ocurrido el pasado 17 de marzo, incidió en que en ningún momento había intentado atentar con la vida de Daniel, y que había acudido al domicilio de éste porque le había dicho que había adquirido una pistola. Una versión que se contradice con la del denunciante que explicó que la pistola la había llevado José Miguel, afirmando que cree que lo maniató y amordazó para que no pudiera evitar que se suicidara.

El hijo del matrimonio asesinado también precisó que piensa que Daniel se inventó estos hechos porque lo había amenazado con que sino le daba el arma le diría a la Policía que estaba en posesión de una pistola.

En el registro policial del domicilio de José Miguel se halló una caja de cartuchos que coincidía con el arma que había entregado previamente Daniel a la Guardia Civil. En su opinión, fue el propio Daniel quien los colocó allí, porque es uno de los que tenía la llave.

Daniel, la supuesta víctima de las amenazas, precisó que entonces recordó el caso de Juan Carlos Limia, el brigadista de Xunqueira de Ambia al que intentaron matar, explicando que creía que “esta pistola podría haber sido utilizada en el intento de asesinato de este hombre”.