"La vida es como una aventura de la que tenemos mucho que aprender". Esta frase resume la forma en que el reconocido psicólogo Rafael Santandreu concibe la existencia, una existencia donde, como el título de su nuevo libro dice, "Nada es tan terrible" (Grijaldo).

En este nuevo manual de autoterapia, basado en la psicología cognitiva, Santandreu propone una serie de pasos para dejar de preocuparse, disfrutar más de la vida, romper con los complejos y acabar con los miedos. Además, explica cómo eliminar los ataques de ansiedad a través de una sencilla terapia y a aprender a reconducir y eliminar los pensamientos negativos aplicando el método que denomina "mindfulness de tercera generación".

El psicólogo aseguró que siempre hay dos formas de ver las cosas que nos suceden y puso como ejemplo un atasco de tráfico. Santandreu explicó que puede ser asumido como algo terrible porque supondrá llegar tarde al trabajo o a la playa o verlo como oportunidad para relajarse, escuchar música o llamar a alguien con el que hace mucho tiempo que no habla por falta de tiempo. El famoso dilema del vaso lleno o medio vacío. "Para no ver las cosas de la forma más terrible lo primero que hay que hacer es educarse, tener una buena filosofía de vida, trabajar para estar en sintonía con la naturaleza", argumentó el psicólogo en su intervención en el Club FARO, que estuvo presentada por Jorge Rial, terapeuta y director del Instituto Europeo de Programación Neurolingüística.

Santandreu añadió que para conseguir fortaleza mental y ver las cosas que suceden como una oportunidad y no como un problema, hay que seguir dos pasos: la renuncia y la creación de un marco nuevo. El primer paso se refiere a saber que no se necesita casi nada para ser feliz y el segundo es aprender a cambiar el marco

Como ejemplo de cambio de marco puso el caso de los Kaufman, quienes, cuando su hijo Raun fue diagnosticado, con dos años, de autismo severo, en vez de considerarlo un problema, lo vieron como una oportunidad. El matrimonio comenzó a trabajar con el pequeño para aprender a comunicarse con él y desarrolló un programa en casa de estimulación. Raun Kaufman fue el primer caso de autismo revertido y hoy es el director general del Centro de Autismo de América en Sheffield (Massachusetts).

Santandreu también se refirió a los ataques de ansiedad, a los que dedica la última parte del libro. En este sentido, el psicólogo arremetió contra lo que él considera una prescripción desmedida de ansiolíticos y antidepresivos. "El 95 de los antidepresivos que se recetan no son necesarios", aseguró el conferenciante, que añadió: "Hay estudios que demuestran que la depresión se cura mucho más rápidamente y mejor sin tomar nada que tomando fármacos".

En este sentido, solo se mostró partidario de estos medicamentos en casos muy extremos en los que la vida del paciente puede correr peligro. Es más, añadió que lo primero que pide a sus pacientes con problemas de ansiedad y depresión es que dejen la medicación. En su opinión, los antidepresivos alargan el proceso de recuperación de la depresión y la ansiedad e incluso las cronifica, al mismo tiempo que generan una fuerte adicción. En este sentido, añadió que actualmente son la primera causa de ingreso en los centros de desintoxicación.

"Son solo una muleta que no resuelve el problema. En la mayoría de los casos estamos sumando un nuevo problema al paciente", añadió.

Santandreu aseguró que para superar trastornos como la ansiedad y la depresión, así como las adicciones, el trastorno obsesivo-compulsivo y los miedos, solo es necesario seguir cuatro pasos: afrontar el problema; aceptar todos los síntomas, flotar, que significa hacer las cosas aunque se esté mal, y dejar pasar el tiempo. En este sentido, aseguró que nadie se cura en una semana y también advirtió de que cada uno tiene que pasar "su infiernito". "Para pasar esto hay que bajar al infierno, ver a la gente aullando, tú vas a aullar también quemado por las brasas del diablillo, y salir victorioso", aseguró el psicólogo, quien añadió: "Pero se cura al cien por cien".

En todo este proceso, la familia es importante como apoyo, aunque, añadió, quien tiene que trabajar para superar el problema es quien lo padece. "Pero una simple llamada para preguntar cómo estás y decirle que estás con él o con ella, ayuda mucho", aconsejó el psicólogo.