Alberto Fernández Villaverde, del servicio de Aparato Digestivo de Povisa recomienda a todas las personas que sospechen que pueden presentar malabsorción o intolerancia a la lactosa que acudan al especialista para confirmar el diagnóstico antes de suprimir por completo la leche de la dieta. "La intolerancia a la lactosa es bastante sencilla de autodiagnosticar, porque sus síntomas están relacionados directamente con su ingesta. En cuanto se deja de consumir, cesan. Sin embargo, el problema del autodiagnóstico es que no se busca una fuente alternativa de calcio", explica.

Acudir al especialista no solo confirmará si se padece o no este trastorno digestivo, sino que permitirá hacer un ensayo dirigido de la retirada de la lactosa. "Si una persona sospecha que tiene intolerancia, lo que suele hacer es retirar completamente la leche de la dieta cuando esto no siempre es necesario. Es mejor hacer una retirada controlada de las fuentes con más lactosa por miligramo, porque se ha observado que hay cantidades máximas de lactosa que son toleradas y porque hay distintos grados de intolerancia", explica.

En el consumo de leche en la edad adulta hay opiniones enfrentadas entre la propia comunidad médica. El doctor Fernández Villaverde está entre quienes apoyan su consumo. "No hay ninguna contraindicación para no consumirla, a no ser que se sea intolerante a la lactosa. Incluso hay estudios que la relacionan con un menor riesgo de sufrir cáncer de colon, por ejemplo", afirma.