Los habitantes del suroeste de Galicia, de la provincia de Pontevedra en concreto, están diferenciados genéticamente respecto al resto de España, a un nivel de diferenciación comparable al de la población vasca de Euskadi y Navarra. Esto es lo que sostiene un estudio de científicos de las universidades de Santiago de Compostela (USC) y Oxford, en el que ha participado, entre otros expertos gallegos, el eminente genetista Ángel Carracedo.

Otros resultados que apunta esta investigación, publicada en Biorxiv.org y titulada "Patrones de diferenciación genética y huellas de las migraciones históricas en la Península Ibérica", son que la población gallega tiene más rasgos genéticos comunes a los magrebíes que los habitantes de Andalucía, y que existe una similitud genética entre gallegos y portugueses que se corresponde con la situación del idioma común gallego-portugués en el año 1300 de nuestra era.

Sostiene el estudio que, con mucho, la subestructura genética más fuerte se percibe dentro de una sola provincia gallega, Pontevedra, que contiene casi la mitad de los "clusters" (racimos) genéticos inferidos en toda España.

Estudios genéticos previos de España habían examinado una pequeña fracción del genoma o solo unas pocas regiones españolas. En cambio, este estudio ha examinado datos del genotipo de 1.413 individuos. La investigación exploró también la relación entre la estructura genética y la geografía usando un subconjunto de 726 individuos de los que había información geográfica disponible y sus cuatro abuelos nacieron dentro de un radio de 80 kilómetros de sus lugares de nacimiento.

También se perciben estructuras localizadas en otras partes de España, como cuatro grupos dentro del País Vasco y Navarra y un clúster que es exclusivo para un segmento de aproximadamente 50 kilómetros del río Ebro en La Rioja.

En el "clúster" vasco y en algunos de Aragón es menor la similitud genética con la población norteafricana, prevalencia que se da en mayor medida en Galicia. Esto está en sintonía con otros estudios previos del catedrático Ángel Carracedo, que ya hace siete años destacó que existen más genes africanos entre los gallegos que entre los granadinos, pese a que la dominación musulmana fue mucho más intensa en la actual Andalucía que en tierras gallegas. Las aportaciones genéticas diversas se deben a los movimientos internos de población.

En general, el eje de la diferenciación genética va de este a oeste, como si fuesen husos horarios, mientras que existe una similitud genética notable de norte a sur. Dicho con un ejemplo sencillo, un ourensano tiene más en común genéticamente con un lisboeta o un onubense que un gaditano con un almeriense. Este patrón de franjas verticales de este a oeste se repite a lo largo de toda la Península Ibérica.