Físico por formación y docente por vocación; creador de "Escuela con cerebro" y experto en Neurociencia. El barcelonés Jesús Guillén vuelve a Vigo de mano de FARO Impulsa, con las más relevantes y últimas 'evidencias empíricas' y con aplicaciones educativas prácticas. Tratará de dar respuesta a los interrogantes más candentes del mundo educativo.

- Permítame saber, sin destripar su libro, cuál destacaría como el capítulo más importante.

-Intentamos mejorar los procesos de aprendizaje gracias a los nuevos conocimientos del funcionamiento del cerebro. Los apartados que se tratan en el libro sirven de referencia para lo que trato de abordar en las charlas. La idea es que una nueva educación es posible y, por supuesto, necesaria: Una nueva mirada educativa. Nosotros entendimos que esta nueva mirada tiene que venir de la ciencia y tenemos que acercar la ciencia al aula. Hagamos una analogía: imagínese que tuviéramos que diseñar unos guantes y no supiéramos cómo se mueve la mano, o como son los dedos. Sin embargo en Educación, el conocimiento del cerebro sido el gran olvidado y es el órgano responsable del aprendizaje. Queremos acercar las investigaciones científicas al aula o a cualquier otro contexto educativo y, sobre todo, que las investigaciones nos permitan saber qué funciona, pero también por qué funciona. Así nos podremos alejar de las falsas interpretaciones.

- Precisamente ha dedicado usted otro libro a los "neuromitos", ahora que la Neurociencia está tan en boga. Póngame un ejemplo.

-Hay muchos. Como que solo usamos el 10% del cerebro; es falso. Hay otro especialmente arraigado en los entornos educativos y asociado los estilos de aprendizaje. Hay una tendencia a etiquetar a los estudiantes: el que es creativo es por que hace un mayor uso del hemisferio derecho, el que domina mejor las cuestiones lingüísticas, hace un mejor uso del hemisferio izquierdo. Sin embargo, sabemos que el cerebro trabaja de forma holística, global, integrando la información que procede de los dos hemisferios.

- ¿Cuál es la clave de un buen aprendizaje?

-La idea es que sin emoción no hay aprendizaje. Las emociones son imprescindibles para aprender. Lo emocional y lo cognitivo forman un binomio prácticamente indisoluble. También desde diferentes tipos de estudios se ha visto la importancia de las expectativas de los estudiantes sobre su capacidad, condicionada por experiencias previas negativas. También tiene importancia generar contextos de aprendizaje positivos en el aula, porque recordamos mejor la información. Se ha visto también lo útil que es una buena cooperación en el aula, pero para que se trabaje en equipo se requiere una buena educación empática, emocional y adquirir una serie de competencias socio emocionales que nos permiten respetar las opiniones discrepantes.

- Las nuevas herramientas educativas generan posturas encontradas entre los docentes. ¿Cómo de útiles son las app en la enseñanza?

-Los nuevos tiempos son los que son; estamos en pleno siglo XXI y a veces pedimos a los educadores herramientas de hace 30 años, cuando otras profesiones no ocurre. Los recursos digitales no son la clave, la clave es identificar cuáles son los objetivos de aprendizaje y los criterios de éxito para alcanzarlos. Si los recursos digitales nos permiten facilitar ese aprendizaje, los utilizaremos; pero usarlos sin más no tiene sentido. La interacción cara a cara en la edad temprana es muy importante. Hay investigaciones que sugieren que los bebés de menos de un año aprenden mejor, incluso sonidos de otras lenguas, en un contexto social. Es decir, cuando la profesora está en vivo y directo y no cuando escuchan una grabación o ven un vídeo. El aprendizaje tiene una naturaleza social y esto es especialmente importante en los primeros años de desarrollo. Estos experimentos sobre el aprendizaje lingüístico se han realizado en torno a los 10 meses. Se ha visto que en el segundo semestre de vida, los bebés dejan de diferenciar los sonidos de cualquier lengua y se especializan. Sin embargo cuando están en un entorno bilingüe natural pueden aprender a diferenciarlo. Van aprendiendo diferenciar los fonemas, diferentes en las lenguas. Eso es un buen entrenamiento ejecutivo para el cerebro del niño.

-En Galicia se ha perdido la transmisión del gallego de forma intergeneracional, según avisa la RAG. Es una pérdida también desde el punto de vista de la inteligencia.

-Nosotros nos hacemos eco de investigaciones desde la Neurociencia, que sugieren precisamente lo que comento. El tema del bilingüismo es complejo desde el punto de vista de cuando aprendemos la segunda lengua y cómo la utilizamos. Hay muchos matices diferenciadores. Pero un buen planteamiento para el cerebro ejecutivo puede ser usar de forma indistinta las dos lenguas.

- También hay cierta polémica sobre el uso de las tablets antes de dormir. Con tantos mensajes contradictorios, parece lógico que los padres están hechos un lío.

-De las pantallas de las tablets se ha visto que pueden perjudicar el correcto desarrollo del sueño, especialmente en niños pequeños. En adolescentes, se ha observado el retraso de ese ritmo circadiano, debido a una liberación tardía de la hormona melatonina. Entendemos que se ha de aplicar el sentido común...

- El menos común de los sentidos.

-La profesora en Neurociencias cognitivas Daphne Bavelier ha estudiado los efectos beneficiosos de los videojuegos de acción, no los educativos, sobre la memoria ejecutiva; es decir, la atención que nos permite estar concentrados en las tareas. Y los resultados vienen a ser equiparables a lo de la copa de vino: un vaso puede ser beneficioso para la salud.

- Viéndolo desde la óptica opuesta al fracaso escolar, ¿está preparado el sistema para los alumnos con altas capacidades?

-Uno de los grandes retos en nuestra educación es atender la diversidad en el aula, cada cerebro es único y singular. Tenemos ritmos de aprendizaje diferentes y sin embargo les enseñamos a todos del mismo modo y los evaluamos de forma idéntica. Existen alternativas para atender estas necesidades especiales, como la utilización de proyectos inter disciplinares. Se está viendo que son beneficiosos los proyectos aprendizaje-servicio, que consisten en que van aprendiendo contenidos curriculares, al tiempo que van haciendo un servicio a la comunidad. Además, son proyectos donde pueden cooperar y son muy enriquecedores. Se vincula el aprendizaje a un servicio la comunidad y tiene una incidencia sobre la motivación del alumnado.

- ¿Cada vez importa menos el cociente intelectual del alumno?

-La triste realidad es que el cociente intelectual no ha hecho más que etiquetar a los estudiantes, es muy peligroso. Incide negativamente sobre el autoconcepto y la capacidad de los alumnos. Un niño de ocho años me ha llegado decir " a mí siempre se me han dado mal las matemáticas", ¡con 8 años! Son etiquetas muy limitantes, que pueden llegar a perjudicar la autoestima de los más pequeños. Cada uno de nosotros tiene sus capacidades, motivaciones, intereses, y la escuela debe de intentar identificarlos. Identificar nuestras fortalezas y no -como lo ha hecho tradicionalmente-, solo los errores. Marcar con bolígrafo rojo en los exámenes, detectando solo los fallos. Hay que explicar, a niños y familias que podemos mejorar en cualquier disciplina y la práctica es muy importante. La creatividad no es innata y, como sugieren las evidencias empíricas, la inteligencia también es maleable. El simple hecho de pensar que podemos mejorar (mentalidad de crecimiento), tiene una incidencia muy potente sobre el aprendizaje. También la generamos también los adultos mediante un lenguaje adecuado y elogiando a los chicos por el esfuerzo y no por la capacidad.

-Destaque un hallazgo sorprendente sobre el terreno académico.

-Una investigadora que está viendo lo importantes que son las funciones ejecutivas del cerebro tanto en lo académico como lo personal. Y sugiere que el mejor enfoque para trabajarlas debería de dar un enfoque global. Nada mejor que los niños canten, dibujen, naden? El poder de esas disciplinas consideradas tradicionalmente como secundarias: la educación emocional, la educación artística, el deporte y todo lo vinculado al juego, son básicas para un buen desarrollo del funcionamiento del cerebro. Las materias minusvaloradas son mucho más importantes de lo que se creía. Y todo esto nos habla de la necesidad de integrar las materias, el mundo real no está dividido por asignaturas.