"El lunes recibo un WhatsApp, un abrazo Armando. Pocas horas después eras sedado y emprendías viaje a las 2.20", escribe Vicente de Becerra, profesor del instituto Santa Irene, alumno y compañero de Armando Guerra en el centro de secundaria vigués.

"Ya sabes que como pintor no soy quien para juzgarte. Tus obras quedan para siempre y entre ellas el mural que pintaste en la biblioteca del instituto, espectacular para mí, y también el escudo-logotipo del centro. Es pues que cada folio o comunicado oficial es una obra de arte encubierta, como el espíritu del Santa Irene", añade.

Armando Guerra (1948-2018), artista plástico y profesor de Dibujo de decenas de generaciones de alumnos del Santa Irene en los últimos cuarenta años, falleció la madrugada de ayer en la ciudad olívica y está siendo velado en el tanatorio de Sabarís por sus seres queridos. Esta tarde, sus amigos se reunirán para rendirle homenaje en Gondomar. "A figura de Armando Guerra é carismática necesaria, hexemónica no inmenso escenario da plástica galega e da arte do noso tempo", aseguró Méndez Ferrín en FARO con motivo de su adiós a las aulas.

Su jubilación estaba prevista al término del vigente curso escolar, pero una repentina baja alertó al claustro de profesores del centro vigués en diciembre. "Nos cogió en plena evaluación", recuerda De Becerra. Hoy se guardó un minuto de silencio al conocer la noticia de su muerte, pero sus compañeros, alumnos y amigos tuvieron la oportunidad de demostrarle su cariño y admiración en un acto el pasado viernes. El periodista de FARO Fernando Franco contó que "no cabía un alma" en el paraninfo del Santa Irene para despedirle por su adelantado retiro.

En la última hora de clase se convocó a los alumnos para descubrir una placa en su honor en su aula, ahora distinguida como Aula de Debuxo Armando Guerra. En el paraninfo varios alumnos interpretaron una pieza de música y De Becerra le brindó una reseña de él "como pintor, profesor, persona de buen vivir y compañero". Un acto de jubilación anticipada que intentaron que no sonase a despedida totalmente, pero que se ha revelado como una adiós para siempre. "Estamos encantados de que lo viera en vida porque todos los homenajes que se le hagan ahora ya no serán iguales", destaca su compañero y antiguo alumno.

"Señor da cor e crente no poder soberano da liña con valor expresivo, Guerra non foi dos que sucumbiu a cualquer chamada neofiguratista". Así lo definió Ferrín. Fue un pintor abstracto y un enamorado de la técnica del grabado. Miembro fundador del colectivo Atlántica en los años ochenta, su obra figura en el Museo de Castrelos, entre otras pinacotecas.