Juana Rivas ha podido reencontrarse con sus hijos en Italia durante 24 horas, en las que han jugado e ido al cine, antes de entregarlos ayer a su padre, el italiano Francesco Arcuri, quien tiene la custodia provisional. La abogada de Rivas en Italia, María Eugenia Álvarez, relató a Efe que la despedida ha sido "muy dura" y que los niños "lloraban porque no querían separarse de la madre".

El próximo paso que realizará la defensa de Rivas será solicitar al juez encargado del proceso en Italia un permiso para que los menores puedan ir a España "un periodo largo, de un mes", para pasar las Navidades junto a la familia de la madre.

Rivas entregó a sus hijos después de haber estado un día con los menores, a quienes no veía desde el 28 de agosto, cuando acató la orden judicial en España que le obligaba a dárselos a su expareja.

Desde entonces, los niños, de 11 y 3 años, han vivido con el padre en la pequeña isla de Carloforte, al sur de Cerdeña, donde Arcuri tiene su residencia habitual y donde Rivas pasó sus últimos años de relación con él.

En estos dos meses, Rivas solo ha podido comunicarse con los pequeños por teléfono o videoconferencia, pero ahora les ha vuelto a ver gracias a un permiso judicial.

"Juana y los niños fueron a pasar la tarde a un centro comercial que está a las afueras de la ciudad, después jugaron en un espacio recreativo, fueron al cine y a cenar a un restaurante", contó su abogado en España, Juan Manuel Pérez García, del despacho sevillano de José Estanislao López. El letrado confesó que los tres han aprovechado "al máximo" las horas que han podido compartir, pasaron la noche "durmiendo juntos y abrazados" y ayer jugaron al fútbol en un parque cercano.