Carlos Hernández de Miguel también habló de la relación de las empresas alemanas, pero también las multinacionales estadounidenses, con el nazismo y de los beneficios que obtuvieron. En este sentido, aseguró que los campos de concentración eran un gran negocio. "Las empresas alemanas son las que financiaron a Hitler y le permiten llegar al poder, y también las que luego no tienen ningún tipo de escrúpulo en beneficiarse del trabajo de los prisioneros, entrando, además, en la lógica nazi, que era utilizarlos como animales: seis meses de vida y luego ya te reemplazaré por otro. Y claro, el que ya no servía acababa en las cámaras de gas", expuso.

Pero no solo las empresas alemanas extraen oro del filón de los campos de concentración. "Más sangrante aún es el hecho de las multinacionales que, según coinciden todos los historiadores que han estudiado la II Guerra Mundial, si no hubiese sido por ellas, Hitler jamás podría haberse lanzado a la invasión de Europa occidental. Estamos hablando de Ford, que fue la que suministró buena parte de los vehículos militares, de General Motors, que su filial Opel hizo los camiones militares; de IBM, que le dieron el sistema para hacer el censo de judíos", manifestó.

Hernández lamentó que después de tantos años, en España continúe obviándose esta parte de la historia, algo que solo sucede aquí. "Aquí aún hay quien cuestiona que Franco fue un dictador. Alemania, que lo tenía más difícil, ha reconocido su responsabilidad, y hacer el saludo nazi, por ejemplo, está penado. Nosotros, sin embargo, tenemos enterrado a un dictador en un mausoleo que es monumento turístico. Esto no pasa en ningún otro país de Europa", afirmó el periodista, que abogó por reconocer la historia.