No llega a los 90 minutos y no pretende ser otra cosa que lo que es: una serie B a punto de ser C con una idea extrema sobre la que construir un suspense rudimentario, por no decir torpe y por momentos grotesco. La idea de meter a dos hermanas con menos neuronas que las chicas a las que matan en las pelis bobas de terror en una jaula rodeada de tiburones feroces (hechos por ordenador, claro) y con el oxígeno acabándose da para muy poco salvo que metas todo tipo de giros de guión sin lógica, dando por hecho que el tipo de público que devora este tipo de peliculitas, sin llegar a ser de Sharknado, no es demasiado exigente.

Así que "A 47 metros" puede ofrecer una escuálida diversión y algún momento de tensión bien ejecutado, pero, sinceramente, no merece pagar por verla.