En algunos de los momentos, especialmente a la hora de la misa mayor, en el Santuario de A Franqueira no cabía ni un alfiler. La "romaxe" de As Pascuillas, la mayor concentración de romeros del año en el santuario y una cita con la fe y la devoción, tuvo lugar ayer con la participación de 74 imágenes y medio centenar de peregrinaciones parroquiales desde diferentes puntos del sur de la provincia de Pontevedra.

La romería comenzó muy temprano para algunas parroquias distanciadas antes incluso del alba, con el objeto de subir al santuario a pie por caminos y viales comarcales.

El andar no fue continuo, pues incluyó paradas cuando varias procesiones se juntaban y tenían lugar las reverencias entre las parroquias e imágenes participantes. Después, a la llegada al santuario, también tuvo lugar este rito ancestral, donde A Franqueira recibe a todas y cada una de las parroquias y también las despide al terminar.

Muchos de los asistentes acudieron caminando desde los diferentes puntos de origen de sus parroquias, pero otros lo hicieron en coche o autobús y llevando las imágenes en carrozas montadas sobre tractores o motocultores. Para bajar, y ya con alguna lluvia cayendo sobre el santuario, los romeros taparon con fundas plásticas las imágenes para evitar su deterioro, pero a pesar de amenazar chaparrones no dejaron de cumplirse los ritos de la despedida.

La misa principal estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Tui-Vigo, monseñor Luis Quinteiro Fiuza, y en presencia de su homólogo de Abacay (Perú), Gilberto Gómez, que peregrinó con su parroquia natal, Albeos-Crecente.

Durante la homilía, Quinteiro Fiuza disertó sobre la familia y aprovechó para reivindicar el papel de las romerías y de esta de As Pascuillas, especialmente como legado histórico de Galicia. Así, aseguró que la romería era una de las hermosas herencias de nuestros ancestros, "a historia de Galicia". "Nuestras romerías están en el fondo de nuestro corazón, de nuestra alma; y estamos aquí juntos como una familia".

Para Quinteiro Fiuza la presencia de las parroquias, que fueron en unión al santuario, forma parte de la renovación de la vida en la parroquia, en la familia y, en ese sentido, abogó "por seguir caminando juntos".

Fue especialmente significativa este año la ofrenda realizada por la parroquia de Prado de Canda, y entre las donaciones realizadas figuraba un báculo para que el obispo pudiese utilizarlo en A Franqueira, pero también otros presentes, incluso una cabritilla y varias palomas que volaron sobre los asistentes. También tuvo lugar la bendición una imagen que llegó este año por vez primera de esta parroquia: Santo Domingo.

Este año subieron las parroquias de mayor devoción mariana del Condado-Paradanta y también llegaron imágenes de Cangas y Moaña. Así, estuvieron parroquias de O Morrazo, Mos, Porriño, Ponteareas, As Neves, Arbo, Crecente, A Cañiza, Covelo, Mondariz, Mondariz Balneario y Fornelos de Montes. Acudió por primera vez la parroquia de Ameixeira, del Concello de Crecente. Se incorporó también, con motivo de la celebración de un cincuentenario de la capilla, Santa Leocadia, de Mosende-Porriño y volvió a peregrinar la imagen de San Xoan de Arbo.

La romería de As Pascuillas está rodeada de la sencillez de las romerías gallegas y los romeros acuden a comer al monte disponiendo sus manteles, platos y cestas en la hierba o con campamentos organizados donde se colocan las viandas, todo animado por los grupos de gaitas de las diferentes parroquias. Otros comen en los puestos de pulpo o en restaurantes ambulantes, que cada año van creciendo en número y variedad.

Dos infartos

La subida al santuario y el calor de la aglomeración causaron una mala pasada a dos personas que tuvieron que ser evacuadas tras sufrir sendos infartos. En uno de los casos tuvo que ser requerida la presencia de un helicóptero y, en el otro, la víctima fue evacuada en una de las ambulancias que acudieron al recinto gestionadas por el Concello de A Cañiza.

Por otra parte, durante toda la romería existió una gran presencia de efectivos de la Guardia Civil al ser detectados varios carteristas. Incluso el propio el rector del santuario tuvo que advertir por megafonía en varias ocasiones que "mucha gente viene a la romería a hacer el día", para que los asistentes tuviesen a buen recaudo sus pertenencias personales, como móviles o carteras.